La uveítis es la inflación del ojo que afecta la capa media del tejido de la pared ocular, que está entre la retina y la esclerótica. Esta afección puede ocurrir en uno o ambos ojos, y puede afectar a personas de todas las edades, incluso a los niños.
Cabe mencionar que existen tres tipos de uveítis que afectan diferentes partes del ojo. Una se trata de la uveítis anterior en donde la inflamación ataca principalmente al iris y parcialmente al cuerpo ciliar, y por lo general tiene a ser común en los niños. La otra es la uveítis media, que se trata de la inflación del cuerpo vítreo que está entre el cuerpo ciliar y el coroides. Y la uveítis posterior afecta el coroides, que también se conoce como coroiditis.
De acuerdo con Mayo Clinic, los síntomas de esta afección pueden incluir dolor ocular, sensibilidad a la luz, visión borrosa o reducida, percibir puntos que flotan en el campo de visión y enrojecimiento de los ojos. Por lo general, estos síntomas pueden aparecer de forma repentina o empeora con rapidez.
La Sociedad Española de Reumatología (SER) señala que los síntomas varían según el tipo de uveítis, “en las anteriores se suele producir dolor, enrojecimiento ocular y fotofobia (intensa molestia ocular causada por la luz) de aparición más o menos brusca y pocas veces hay disminución de la agudeza visual y, si aparece, suele ser leve. En las posteriores la disminución de la agudeza visual es frecuente, hay visión de ‘moscas volantes’ y ocasionalmente fotofobia, pero no suelen existir dolor ni enrojecimiento ocular. Algunos de estos síntomas pueden aparecer en otras enfermedades oculares, por lo que es importante acudir al oftalmólogo para que un diagnóstico y tratamientos correcto”.
A pesar de que en muchos casos se presenta la uveítis y se va rápidamente, esta afección ocular es peligrosa, por lo que se debe acudir de inmediato a un centro médico para que sea evaluada la causa y así proceder con un tratamiento adecuado. Según la revista Cuerpo y Mente, después de la degeneración macular, el glaucoma y la retinopatía diabética, la uveítis es la cuarta causa más común de ceguera.
Causas de la uveítis
- Hongos, bacterias o virus: Por lo general, estos microorganismos son los responsables de la infección en el ojo, entre ellos el virus del herpes o los gérmenes responsables de la sífilis, la toxoplasmosis y la tuberculosis.
- Enfermedades inflamatorias: La artritis idiopática juvenil, la artritis reumatoide, la colitis ulcerosa, la enfermedad de Crohn, y enfermedades sistémicas como la sarcoidosis son la principal causa de la inflamación de los ojos.
- Enfermedad autoinmune de Bechterew: la uveítis es uno de los efectos secundarios más comunes de esta enfermedad. Casi la mitad de todos los pacientes de Bechterew sufren uveítis al menos una vez en la vida.
¿Cómo se trata la uveítis?
Para diagnosticar esta enfermedad, el oftalmólogo debe examinar el interior del ojo y además, puede hacer otras pruebas de sangre, examen físico, análisis de fluidos oculares y un análisis de imagen como rayos X, debido a que la uveítis está relacionada con enfermedades o afecciones.
Cabe mencionar que esta enfermedad se debe tratar de inmediato para evitar problemas de larga duración. A menudo, los especialistas tratan la uveítis con medicamentos en forma de gotas para reducir la inflamación del ojo. También es posible que usen unas gotas para los ojos que dilatan la pupila, lo cual reduce el dolor y la hinchazón. En otros casos, es necesario administrar medicamentos por inyección o por vía oral.