Las venas várices son consideradas una afección común, que impacta más a las mujeres que a los hombres. MedlinePlus, sitio web de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, asegura que estas venas hinchadas y retorcidas no causan problemas para la mayoría de las personas.
Sin embargo, si el flujo de sangre se vuelve lo suficientemente escaso, pueden presentarse problemas como hinchazón y dolor en la pierna, coágulos sanguíneos y cambios en la piel.
La Fundación Española del Corazón explica que las várices se generan cuando por diversas razones al organismo se le dificulta que la sangre vuelva con fluidez al corazón, lo que ocasiona que esta se vaya estancando, y para que tenga sitio, el vaso (la vena) se dilata.
“En un primer momento, si se favorece el retorno venoso, dicha dilatación desaparece y la vena vuelve a su situación normal. Pero si dura demasiado esta dificultad de retorno venoso, la vena se dilata de forma permanente”, precisa.
La alimentación es clave para mejorar la condición generada por las várices o para evitarla. En la dieta no deben faltar alimentos que contengan determinadas vitaminas como la C, B3, E y K.
Vitamina C
Este nutriente es determinante para cuidar los vasos sanguíneos y evitar la acumulación de sangre, especialmente en las piernas. Esto se debe a su poder antioxidante, que le permite proteger y evitar el daño que los radicales libres provocan en las células de las venas y las arterias, manteniéndolas fuertes y elásticas, precisa una publicación del portal Saber Vivir de España.
Según MedlinePlus, esta vitamina es clave para formar una proteína importante utilizada para producir la piel, los tendones, los ligamentos y para fortalecer los vasos sanguíneos. Es un nutriente que se puede obtener de frutas y verduras tales como: melón, naranjas, toronjas, kiwi, mango, papaya, piña, sandía, melón, brócoli, coles de Bruselas y coliflor, pimientos rojos y verdes, espinaca, repollo y tomates, entre otros.
Vitamina B3
Conocida como niacina, esta vitamina produce relajación en los vasos sanguíneos para mejorar la circulación y estabiliza la glucosa en sangre, precia el portal Su Médico, citando datos de la Universidad Nacional Autónoma de México. Esta vitamina se puede encontrar en los siguientes alimentos: leche, huevos, arroz, pescado, carnes magras, legumbres y carne de aves.
Vitamina E
Otra vitamina clave para prevenir y aliviar las várices es la E, la cual ayuda a ensanchar las arterias y vasos permitiendo el paso de la sangre y evitando la formación de coágulos, precisan los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos. “Al mismo tiempo, ayuda a que el cuerpo utilice efectivamente la vitamina K, encargada de la función contraria: lograr que la sangre coagule correctamente cuando lo necesita”, precisa el portal de estilo de vida unCOMO.
Según el instituto Mayo Clinic, la vitamina E es buena para proteger las células contra los efectos de los radicales libres, es decir, moléculas generadas cuando el cuerpo descompone los alimentos o cuando se expone al humo de tabaco y a la radiación. Así las cosas, este antioxidante ayuda a proteger las células de las arterias y de los vasos sanguíneos, favoreciendo la salud del corazón, gracias a que previene y evita afecciones cardiovasculares.
Se puede obtener de aceites vegetales de maíz como los de germen de trigo, girasol, cártamo, maíz y soya; nueces como las almendras, el maní y las avellanas; semillas; hortalizas de hoja verde y cereales fortificados.
Vitamina K
Este nutriente es conocido como el de la coagulación. Cuando hay deficiencia de la misma se pueden producir hemorragias internas. Es clave para el proceso de circulación, pues el cuerpo la requiere para producir ciertas proteínas en el hígado que hacen que la sangre se coagule. Se halla en alimentos como la lechuga, espinacas y aceite, el pescado, el hígado, la carne de res, los huevos y los cereales, entre otros alimentos.