Las venas várices pueden representar un difícil problema de salud para algunas personas, aunque para otras puede ser un asunto meramente cosmético, pues además de la apariencia en ocasiones no genera molestias ni dolores.
De acuerdo con la Clínica Mayo de Estados Unidos las várices son venas que se ensanchan demasiado, se encuentran cerca de la superficie de la piel e incluso llegan a retorcerse. Es frecuente que aparezcan en las piernas debido a que cuando las personas se encuentran de pie o están caminando, la presión sanguínea en esas extremidades se incrementa.
Una de las ventajas de esta condición es que pude identificarse con facilidad debido a que genera síntomas muy visibles. Esto se da cuando aparecen venas de color violeta o azul oscuro en las piernas. También puede tener un aspecto retorcido, como si fueran cordones en las extremidades inferiores.
En algunos casos pueden generar molestias de salud. Por ejemplo, la Clínica Mayo indica que en algunas personas se puede presentar dolor y sensación de pesadez en las piernas, ardor, sensación de que las venas palpitan, calambres en los músculos, picazón alrededor de las venas, cambios de color e hinchazón.
“Las arañitas son similares a las venas varicosas, pero son más pequeñas. Se encuentran más cerca de la superficie de la piel y, a menudo, son rojas o azules. Se producen en las piernas, pero también pueden encontrarse en el rostro. Su tamaño varía y, a menudo, parecen una telaraña”, señala la Clínica Mayo.
Hay algunos factores de riesgo que pueden hacer que algunas personas tengan más probabilidades de desarrollar esta condición de salud. Una de las más importantes es la edad, pues las venas presentan un deterioro progresivo y van perdiendo la capacidad de controlar el flujo de la sangre en su interior.
Las válvulas que regulan este proceso pierden fuerza y permiten que la sangre se vaya acumulando en las venas.
Así mismo, es sabido que las mujeres tienen más riesgo de sufrir de venas várices debido a que tienen cambios hormonales que generan que las paredes de las venas se relajen. También pueden ser más proclives a esta condición las personas con obesidad o quienes deben pasar muchas horas de pie o sentados.
¿Cómo prevenir y tratar las venas várices?
Para que las probabilidades de sufrir de venas várices disminuyan, es útil hacer ejercicio físico con frecuencia, evitar las medias ajustadas y procurar mantener un peso saludable.
Si pese a todo una persona ya está desarrollando síntomas de venas várices, puede hacer uso de algunos remedios caseros útiles.
“El tratamiento de las venas varicosas puede incluir medidas de cuidado personal, medias de compresión y cirugías o procedimientos. A menudo, estos procedimientos son ambulatorios, lo cual significa que puedes volver a casa el mismo día”, sostiene la Clínica Mayo.
En cuanto a las medidas de cuidado personal, basta con practicar algunos ejercicios caseros como trotar suavemente, realizar elevaciones de las piernas contra una pared o realizar algunas posturas de yoga.
También se puede lograr una mejoría con algunos deportes como la natación, el ciclismo o el atletismo, aunque debe consultarse esto con el médico tratante antes de implementarse.
“A menudo, el uso de medias de compresión todo el día es el primer método que se intenta. Las medias aprietan las piernas, lo que ayuda a las venas y a los músculos de las piernas a mover la sangre más eficientemente. La compresión varía según el tipo y la marca”, indica la Clínica Mayo.
Estas medias son de venta libre y se pueden conseguir con facilidad en droguerías o tiendas de suministros médicos.
Así mismo, el medio especializado en salud Medical News Today recomienda prestarle atención a la dieta e incluir alimentos que pueden tener efectos positivos en el flujo sanguíneo. Por ejemplo, advierte que es importante consumir comidas que ayuden a retener menos el agua en el organismo.
Esto, indica ese médico, se puede lograr consumiendo alimentos que son ricos en potasio, como las papas, los fríjoles, las lentejas, el salmón y el atún. También puede ser útil comer alimentos con buenas porciones de fibra, como los alimentos integrales, las nueces y la avena.
Ese medio, a su vez, cita a los Institutos Nacionales de la Salud, que indican que consumir extractos de semillas de uva puede ser muy útil para reducir la inflamación en las extremidades inferiores.