La demencia es una enfermedad que deteriora la memoria, el comportamiento y la capacidad para realizar actividades de la vida diaria, de acuerdo con lo informado por la Organización de la Salud, (OMS).

Por otro lado, Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, señaló que la demencia generalmente sucede cuando una persona entra en una edad avanzada, por lo general mayor a los 60 años.

Por lo que se sabe, la mayoría de los tipos de demencia es irreversible (degenerativa). Uno de los tipos de demencia degenerativa más comunes es el Alzheimer, pues acapara entre un 60 % y un 70 % de los casos, pero otro tipo común es la demencia vascular, que es causada por un flujo sanguíneo deficiente hacia el cerebro, como con un accidente cerebrovascular.

Se ha hablado de muchos motivos por los que se da esta enfermedad, algunos son genéticos, mientras que otros pueden estar relacionados con el estilo de vida de la persona.

De acuerdo con una investigación publicada en la revista PNAS, en la cual participaron investigadores de diferentes universidades estadounidenses y fue realizada por más de 10 años se llegaron a conclusiones en las que se relaciona el sedentarismo y las actividades que se realizan durante ese tiempo como importantes en el desarrollo de la patología.

Los investigadores analizaron a 146.651 adultos mayores cuando tenían 64 años y compararon su estado de salud después de 10 años. Durante el tiempo transcurrido, más de tres mil participantes fueron diagnosticados con demencia.

Los participantes debían llenar un formulario en el cual explicarían su actividad física y los momentos que pasaban sentados, en especial los que pasaban frente al computador o el televisor, pero fuera de las horas laborales.

El estudio se centró en dichas actividades, pues señaló que la demencia no se debería asociar con el sedentarismo, sino con las acciones que se realizan mientras se está sentado. En ese sentido, se conoció que pasar mucho tiempo frente al televisor se vive el riesgo de que le diagnostiquen demencia en un 40 %, mientras que con el computador el riesgo disminuye al 20 %.

Adicional, Medline Plus señaló que las siguientes afecciones también pueden llevar a la demencia:

  • Enfermedad de Huntington.
  • Lesión cerebral.
  • Esclerosis múltiple.
  • Infecciones como el VIH/sida, la sífilis y la enfermedad de Lyme.
  • Enfermedad de Pick.
  • Parálisis supranuclear progresiva.

Por otro lado, se indicó que algunas causas de demencia se pueden detener o revertir si se detectan a tiempo, incluyendo:

Alzheimer, pérdida de memoria y demencia senil. | Foto: Andrew Bret Wallis
  • Lesión cerebral.
  • Tumores del cerebro.
  • Abuso de alcohol por mucho tiempo (crónico).
  • Cambio de los niveles de azúcar, calcio y sodio en la sangre (demencia de origen metabólico).
  • Niveles bajos de vitamina B12.
  • Hidrocefalia normotensiva.
  • Uso de ciertos medicamentos, incluyendo la cimetidina y algunos medicamentos para disminuir el colesterol.
  • Algunas infecciones del cerebro.

Así las cosas, los síntomas de demencia abarcan dificultad con muchas áreas de la función mental, incluyendo:

  • El comportamiento emocional o la personalidad.
  • El lenguaje.
  • La memoria.
  • La percepción.
  • Pensamiento y juicio (habilidades cognitivas).

Cómo retrasar la aparición de esta enfermedad:

Si bien no existe una fórmula mágica que pueda evitar que esta enfermedad se desarrolle, lo que sí hay son formas de retrasar su aparición y para ello es determinante adoptar unos hábitos saludables del estilo de vida, como llevar una buena alimentación, hacer ejercicio y no fumar.

Según los expertos del instituto de investigación Mayo Clinic, estos cambios pueden tener un efecto en la reducción del riesgo de padecer enfermedad de Alzheimer y otros tipos de demencia, aunque falta mayor evidencia científica para comprobarlo de manera plena.

Dado que la alimentación juega un papel determinante en este proceso, la dieta mediterránea se ha relacionado con un menor riesgo de presentar esta enfermedad y también con una mejor cognición en las personas que tienen riesgo de enfermedades cardíacas y otras enfermedades vasculares.