Los chiles se caracterizan por aportar antioxidantes y vitaminas C, A, E y del complejo B, así como algunos minerales y compuestos alcaloides conocidos como capsaicinoides, el portal portugués de salud, nutrición y bienestar Tua Saúde.

Ahora bien, según el portal Cocina Vital, en especial el chile habanero, por su alto contenido nutricional, favorece a la pérdida de peso, fortalecer los huesos, cuidar la salud del corazón y regular el ritmo cardiaco, entre otros.

Todos estos chiles son del género Capsicum de la familia de las Solanáceas. | Foto: Getty Images

De hecho, Tua Saúde puntualizó que el “chile habanero o bravo es de la especie C. chinense, también es originario de Sudamérica y es cultivado en México en la Península de Yucatán, que se puede encontrar en color amarillo, rojo y naranja. Además, posee un aroma y sabor particular y alto nivel de picante, por su elevada concentración de capsaicinoides”.

Asimismo, respecto al cuidado del corazón explicó que “la capsaicina que contienen los chiles poseen propiedades antiinflamatorias y antioxidantes, que ayudan a reducir el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares como un accidente cerebrovascular (ACV), aterosclerosis o un infarto cardíaco. Además, también podrían reducir el colesterol, los niveles de triglicéridos y la agregación plaquetaria”.

Los chiles pican debido a que poseen unas sustancias llamadas capsaicinoides. | Foto: Getty Images

Además, agregó que “la vitamina C presente en estos alimentos también tiene un papel muy importante en la salud del corazón, pues ayuda a regular la presión arterial a través de la relajación de los vasos sanguíneos y mejorando la función del endotelio vascular, previniendo así la hipertensión arterial”.

Respecto al consumo, el portal portugués señaló que puede ser consumido crudo fresco (entero, picado o machacado), asado, seco o en polvo, pudiendo ser utilizado en la preparación de diversos platillos culinarios, salsas y adobos.

De todos modos, antes de consumir algún alimento lo primero que hay que hacer es consultar al médico tratante o a un nutricionista para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona, pues las anteriores recomendaciones no son las indicadas para todas las personas, ya que la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica.

El chile habanero debe ser incorporados en una alimentación variada y equilibrada. | Foto: Getty Images

Por su parte, para fortalecer los huesos y cuidar del corazón, se deben tener hábitos saludables como:

1. Hacer ejercicio: Combinar ejercicios de entrenamiento de fuerza con ejercicios de levantamiento de pesas y de equilibrio. El entrenamiento de fuerza ayuda a fortalecer los músculos y los huesos de los brazos y la parte superior de la columna vertebral. Los ejercicios de soporte de peso, como caminar, trotar, correr, subir escaleras, saltar una soga, hacer esquí y practicar deportes de impacto, ayudan principalmente a los huesos de las piernas, las caderas y la parte baja de la columna vertebral.

Lo importante es seguir con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que sugieren hacer al menos 150 minutos de actividad aeróbica moderada o 75 minutos de actividad aeróbica intensa a la semana, o una combinación de actividad moderada e intensa.

2. Tener una dieta saludable: esta debe incluir al menos 400 g (o sea, cinco porciones) de frutas y hortalizas al día; menos del 10 % de la ingesta calórica total debe ser de azúcares libres, menos del 30 % de la ingesta calórica diaria debe proceder de grasas y se deben consumir menos de cinco gramos de sal (aproximadamente una cucharadita) al día y la sal debería ser yodada.

3. Beber alcohol con moderación: Para los adultos sanos, esto significa hasta una copa por día para las mujeres de todas las edades y para los hombres mayores de 65 años, y hasta dos copas por día para los hombres menores de 65 años.

4. No fumar:

  • A los 20 minutos de haber dejado de fumar, la presión arterial y la frecuencia cardíaca se recuperan del pico inducido por el cigarrillo.
  • A los tres meses de haber dejado de fumar, la circulación sanguínea y la función pulmonar comienzan a mejorar.
  • Dentro de un año de haber dejado de fumar, el riesgo de padecer una enfermedad cardíaca es la mitad que el de un fumador.