Los expertos aseguran que las frutas y verduras deben hacer parte del plan de alimentación de todas las personas sin importar la edad. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda consumir cinco porciones de fruta al día, intercalándolas con verduras, es decir que se debe consumir una porción de fruta al desayuno, en la merienda de la mañana y en la de la tarde y debe haber una porción de verdura en el almuerzo y la cena.

Las verduras juegan un papel fundamental en una de las dietas más conocidas actualmente: la dieta mediterránea. Este plan de alimentación incluye muchos vegetales, frutas, legumbres, cereales y productos ricos en carbohidratos saludables como el pan, la pasta y el arroz integral. También contiene cantidades moderadas de pescado, carnes magras blancas y algunos productos lácteos. En esta modalidad de alimentación se usa el aceite de oliva extravirgen para cocinar.

El doctor Gurutz Linazasoro, portavoz de la Sociedad Española de Neurología, dijo a la BBC Mundo que “el patrón dietético que más se ha estudiado es la dieta mediterránea. Se sabe que disminuye el riesgo de padecer alzhéimer y párkinson, también disminuye el de sufrir enfermedades cardiovasculares y baja el nivel de riesgo de obesidad, que indirectamente también induce sobre la salud cardiovascular”.

Consumir vegetales genera cierto miedo en algunas personas, ya que se cree que estos productos pueden estar contaminados por microorganismos o por plaguicidas usados para cultivarlos. Cabe mencionar que no es válido garantizar que todos los alimentos estén libres de sustancias contaminantes, ya sean químicas o biológicas; sin embargo, el portal The Conversation menciona que algunas recomendaciones se pueden reducir los riesgos al máximo.

Es indispensable agregar algunas verduras a la dieta. | Foto: aluxum

Preocupaciones derivadas del consumo de vegetales

  • Plaguicidas: por lo general, las legislaciones de cada nación prohíben la utilización de ciertas sustancias químicas y limita la presencia de otras en determinados alimentos. Para el debido cumplimiento de estas medidas es indispensable el control constante de las autoridades sanitarias para que se cumpla lo establecido por cada una de ellas.
  • Microorganismos: más allá de los plaguicidas, preocupa la presencia de microorganismos en estos productos que pueden suponer un peligro para la salud humana. “El riesgo de que provoquen daños en nuestro organismo es menor que el que existe al consumir alimentos de origen animal.
  • “Un reciente informe de AESAN concluye que el almacenamiento a temperatura ambiente de melón, sandía, papaya y piña cortadas por la mitad puede suponer un riesgo sanitario importante debido a la exposición a las bacterias Salmonella, E. coli verotoxigénico o Listeria monocytogenes. Todas ellas se asocian con frecuencia a brotes de diarrea”.
  • Superbacterias: algunos estudios revelan que los vegetales frescos pueden también ser portadores de estos componentes. No obstante, la información disponible todavía no es completa como la existente para los productos de origen animal.

Recomendaciones

Es indispensable lavar y desinfectar bien los productos vegetales que se van a consumir. Por ejemplo, se le puede agregar una cucharada de algún líquido apto para la desinfección de las verduras a un litro de agua. Esta técnica es relevante para los vegetales que se van a consumir crudos. Con esto se garantizará que los microorganismos peligrosos serán eliminados del producto, impidiendo también que las superbacterias puedan llegar al organismo.

Es considerable mantener una buena higiene de los utensilios de cocina como cuchillos, ollas, ralladores, entre otros, ya que esto puede contaminar las verduras o proteínas que se consumen. El almacenamiento de los productos alimenticios en las neveras debe ser racional y la limpieza frecuente de este artefacto debe ser frecuente.