Varios factores pueden alterar la salud de la piel, desde el crecimiento natural del ser humano, los procesos internos del cuerpo, enfermedades dermatológicas e inclusive otras afecciones de salud que no están vinculadas directamente con la piel.
Es por esa razón que resulta normal preocuparse ante la aparición de una mancha, un lunar o una verruga en la piel, puesto que durante años los profesionales de la salud han sido enfáticos en la importancia de identificar su origen y descartar algún problema más grave.
De acuerdo con Soledad Lagüéns Cobos, presidenta de la Asociación de Médicos de Medicina Estética de Sevilla (Ammes), consultada por el portal Cuídate Plus, las verrugas son de las principales cuestiones por las que acuden los pacientes a una cita con dermatología.
Las verrugas se presentan como pequeños abultamientos que crecen en la piel y pueden generar molestias como picazón. En la mayoría de casos, señalan desde Medline Plus, son inofensivas y no hay nada de qué preocuparse, más allá de lo estético. Sin embargo, no está de más cerciorarse de que su aparición no obedezca a una condición de salud de base.
¿Existe un único tipo de verruga?
No, de hecho se pueden catalogar de varias maneras. En primer lugar, la experta Lagüéns indica que las verrugas se pueden clasificar dependiendo de las causas que las provocan, así pues hay dos tipos: víricas y no víricas.
Entre las víricas se encuentran las verrugas vulgares, que son las más comunes, las cuales pueden aparecer en el dorso, las palmas de las manos, las plantas de los pies, entre los dedos, en la cara y en el cuero cabelludo. Se agrupan entre las víricas ya que son producidas por el virus del papiloma humano o VPH, son contagiosas y causan picor.
Las verrugas genitales también tienen su origen en el VPH y se caracterizan por aparecer en las zonas genitales (la vulva y el pene), así como en las ingles y el área perianal, explican desde Cuídate Plus. Al igual que las vulgares, son muy contagiosas y se pueden transmitir por el contacto en las relaciones sexuales.
Igualmente hacen parte de las víricas las verrugas subungueales y periungueales (que aparecen debajo o alrededor de la uña), las verrugas planas (que se caracterizan por no sobresalir demasiado y un tono más blanquecino), las verrugas plantares (que se presentan en las plantas de los pies) y el molusco contagioso (más comunes en niños y producidas por el virus molluscum contagiosum).
Por su parte, entre las no víricas se enlistan los fibromas péndulos del cuello, verrugas filiformes o acrocordones del cuello, un tipo de verruga que no se origina por razones asociadas a un virus, ni tampoco son contagiosas. Generalmente, su aparición responde a causas hereditarias y tienden a desprenderse solas.
“Son formaciones alargadas que tienen la unión a la piel por una parte que se afina, son de tacto más blando y color marrón oscuro. También pueden aparecer en los párpados”, explican desde Cuídate Plus.
Además, en el grupo de las no víricas figuran: nevus o lunares protuberantes (comúnmente hereditarias, pero que pueden evolucionar a lesiones malignas), queratosis seborreicas (producidas por capas de queratina y grasa en la piel) y los puntos rubí (resaltan por su color rojo y son originadas por un cúmulo de vasos sanguíneos).
¿Cómo tratar las verrugas?
De acuerdo con el blog Muy Saludable de Sanitas, la mayoría de verrugas desaparecen naturalmente, sin que requieran algún tratamiento específico, luego de unos meses. Sin embargo, no es así en todos los casos y pueden llegar a ocasionar molestias para quienes viven con ellas.
Es por ello que hoy en día se conocen distintos abordajes para eliminar las verrugas correctamente, por supuesto, bajo la orientación de los especialistas y considerando las condiciones particulares de salud.
Los métodos más utilizados según el referenciado portal son:
- Láser Co2: “Previa colocación de anestesia local, se utiliza el láser de Co2 que va evaporando la lesión sin dejar casi señal ni cicatriz. Es el método más eficaz”, explican.
- Ácido salicílico: se aplica la sustancia sobre la zona en la que esté la verruga y después se lima para eliminar la piel sobrante.
- Crioterapia: un método que debe practicarse con mucho cuidado. Consiste en aplicar nitrógeno líquido sobre la verruga para eliminarla, en ocasiones se requiere más de una aplicación. Esta técnica puede ser más dolorosa.
- En algunos casos, se puede recurrir a la cirugía.