Las verrugas son pequeños abultamientos granulares en la piel que pueden presentarse en diferentes partes del cuerpo. En la mayoría de los casos, son indoloras e inofensivas, aunque resultan antiestéticas, ya que una pequeña área de la epidermis se engrosa y torna rugosa.
Se trata de formaciones benignas que normalmente son causadas por un virus y se transmiten por el tacto. Tras la exposición al virus, una verruga puede tardar de dos a seis meses en aparecer en la piel. Se originan por la infección del Virus del Papiloma Humano (VPH), un patógeno con más de 100 subtipos responsables de causar lesiones verrucosas de diferente consideración.
Los subtipos más comunes de VPH están ligados a las verrugas vulgares. Estas formaciones no suelen revestir gravedad, aunque sí pueden resultar muy molestas y antiestéticas cuando crecen. Además, pueden ocasionar molestias y lesiones secundarias si, por ejemplo, rozan o se enredan con la ropa u otros objetos.
Algunas variedades de VPH se transmiten a través del contacto sexual. Sin embargo, la mayoría de los tipos se contagia a través del contacto cutáneo casual o a través de objetos compartidos, como toallas o paños. Por lo general, el virus se transmite a través de lesiones en la piel, como padrastros o raspaduras. Si la persona se muerde las uñas, las verrugas también se pueden extender sobre la punta de los dedos y alrededor de las uñas.
El sistema inmunológico de cada persona responde al VPH de forma diferente; por eso, no todas las personas que entran en contacto con el virus desarrollan verrugas.
Son diversas las clases de verrugas, según información del portal Muysaludable.sanitas.es.
- Vulgares. Son las más comunes. Tienen forma redondeada, pueden aparecer en grupos o solitarias y su superficie es rugosa. Se forman en el dorso y palmas de las manos, plantas de los pies, entre los dedos y a veces en la cara, el cuello y el cuero cabelludo.
- Genitales. También reciben el nombre de condilomas. Son de consistencia más blanda y a veces tienen forma de coliflor, cuando son muy numerosas. Se localizan en cualquier zona del área genital de hombre o mujer, en las ingles y en la región perianal. Son muy contagiosas, ya que la mucosa urogenital es más delicada y susceptible de sufrir erosiones y heridas que facilitan la entrada del VPH. Se transmiten durante las relaciones sexuales.
- Filiformes. De forma alargada y textura más blanda, suelen aparecer en el cuello y los párpados. Están unidas a la piel por una pequeña área. A menudo se desprenden por sí solas y es frecuente que se enreden con la ropa, las cadenas del cuello o el cepillo de peinar.
- Subungueales y periungueales. Se denomina así a las verrugas que aparecen bajo las uñas o alrededor de estas, respectivamente.
-Planas. Son más frecuentes en niños y adolescentes. No sobresalen demasiado y su color suele ser más blanquecino y similar al de la piel que el resto de verrugas comunes. Son de pequeño tamaño y se distribuyen en grupos o racimos.
- Plantares. Más conocidas como papilomas, las verrugas plantares aparecen en la planta de los pies. Esta localización hace que sean muy dolorosas por la presión del peso del cuerpo al andar o calzarse, por lo que casi siempre requieren de tratamiento que las elimine en lugar de esperar a que desaparezcan por sí solas.
De acuerdo con Mayo Clinic, para evitar que se incrementen las verrugas es necesario: evitar el contacto directo con las mismas, incluyendo las propias; no arrancarlas porque esto puede propagar el virus, no usar en las verrugas la misma lima de uñas o piedra pómez.
También se recomienda que las personas no se quiten los cueritos de los dedos. Quitar la piel que rodea las uñas de las manos facilita la propagación del virus. Adicionalmente, se debe ser cuidadoso con el aseo y evitar cepillar, cortar o afeitar las áreas que tengan verrugas. Si la persona debe afeitarse, lo recomendable es utilizar una afeitadora eléctrica.
Según la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), las verrugas desaparecen por sí solas en seis meses en el 30 % de los casos y, en el 40 %, a los dos años. También puede que no lo hagan nunca.
Si se opta por tratarlas, el tratamiento se basa, generalmente, en la destrucción de las verrugas por medio de diferentes métodos, pero no existe ningún tratamiento antivírico específico ni totalmente efectivo. El dermatólogo puede recomendar cuál es el tratamiento ideal para acabar con estas molestas protuberancias en la piel.