La hinchazón o distensión abdominal con frecuencia es provocada por comer en exceso, más que por una enfermedad grave, de acuerdo con Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
No obstante, también indicó que el problema puede ser causado por:
- Deglución de aire (un hábito nervioso).
- Acumulación de líquidos en el abdomen (esto puede ser un signo de un problema grave de salud).
- Gases en el intestino por comer alimentos ricos en fibra (como frutas y verduras).
- Intolerancia a la lactosa.
- Quistes ováricos o cáncer.
- Oclusión intestinal parcial.
- Embarazo.
- Síndrome premenstrual (SPM).
- Miomas uterinos.
- Aumento de peso.
Además, Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, señaló que las personas suelen describir los síntomas abdominales como hinchazón, especialmente si esos síntomas no parecen aliviarse con eructos, evacuación de gases o defecación.
Por ello, el portal Mejor con Salud reveló que los alimentos que ayudan a reducir los gases y aliviar el estreñimiento son:
- Frutas frescas como la piña y la papaya.
- Germinados como soja, alubias y lentejas.
- Chucrut o col fermentada.
No obstante, hay que señalar que para evitar la inflación abdominal por comer en exceso, es importante tener una alimentación variada, equilibrada y saludable.
Esta estará determinada por las características de cada persona (edad, sexo, hábitos de vida y grado de actividad física), el contexto cultural, los alimentos disponibles en el lugar y los hábitos alimentarios, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Por su parte, Mayo Clinic reveló que los cambios en el estilo de vida pueden ayudar a aliviar la indigestión y podría funcionar:
- Evitar los alimentos que desencadenan la indigestión.
- Comer de cuatro a seis comidas pequeñas al día en lugar de tres comidas grandes.
- Comer lentamente.
- Reducir o eliminar el uso de alcohol y cafeína.
- Evitar ciertos analgésicos, como la aspirina, el ibuprofeno y el naproxeno sódico.
- Evitar beber líquidos con pitillo o tomar sorbos de la superficie de una bebida caliente.
- Encontrar alternativas a los medicamentos que desencadenan la indigestión.
- Controlar el estrés y la ansiedad.
- Incorporar abundantes cantidades de alimentos ricos en fibra en la dieta, incluidos fríjoles, vegetales, frutas, cereales integrales y salvado. En general, intentar consumir 14 gramos de fibra por cada 1.000 calorías.
- Evitar el sedentarismo. Las nuevas directrices de la OMS recomiendan por lo menos de 150 a 300 minutos de actividad física aeróbica de intensidad moderada o vigorosa por semana para todos los adultos, incluidas las personas que viven con afecciones crónicas o discapacidad, y un promedio de 60 minutos al día para los niños y adolescentes.
- Restringir los condimentos picantes.
- Reducir o eliminar el uso de alcohol y cafeína.
- Cuando se sienta el impulso de defecar, no pasarlo por alto y procurar establecer horarios regulares para evacuar el intestino, especialmente después de una comida.
- Leer las etiquetas. Si los productos lácteos parecen ser un problema, puede que la persona tenga algún grado de intolerancia a la lactosa y por eso hay que prestar atención a lo que come y se recomienda probar las variedades bajas en lactosa o sin lactosa. Ciertos carbohidratos indigeribles que se encuentran en los alimentos sin azúcar (sorbitol, manitol y xilitol) también pueden provocar un aumento de los gases.
No obstante, si la hinchazón abdominal está empeorando y no desaparece; si se presenta con otros síntomas inexplicables; si el abdomen es sensible al tacto; si se tiene fiebre, diarrea intensa o heces con sangre, o no se puede comer o beber por más de seis a ocho horas, es importante contactar a un profesional médico.
Que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona, es crucial. La información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica.