Se aproxima la Semana Santa o Semana Mayor y desde el pasado miércoles de ceniza los católicos practicantes se encuentran en el tiempo de cuaresma realizando varias de las tradiciones religiosas que culminan con el Domingo de Resurrección.
Una de las prácticas más relevantes durante este tiempo es que los católicos no consumen carne y embutidos todos los viernes, desde el Miércoles de Ceniza hasta el Viernes Santo y para el final de la Semana Mayor deben guardar un ayuno total.
El consumo de carne representa un ‘pecado’ porque significa un manjar o un gusto que no se puede dar en tiempos de reflexión.
Esta costumbre corresponde a un periodo de preparación para la Pascua, lo que representa también un momento de conversión y reforzamiento de la fe haciendo reflexión y recogimiento.
Los católicos atribuyen el tiempo de Pascua y la búsqueda de redención a los tiempos de la creación cuando Adán y Eva se comieron la manzana y desde esa época la humanidad busca el perdón.
Los teólogos también han estudiado la importancia del número 40 en el catolicismo y que representa el tiempo de cuaresma, De hecho, según la información el Pueblo de Israel permaneció 400 años en Egipto, vagó 40 años en el desierto y Jesucristo pasó 40 días (y sus 40 noches) en el desierto.
Según los textos bíblicos, Jesús pasó por el desierto resistiendo a las tentaciones y guardando el ayuno y lo que es el origen de la cuaresma, , que significa ‘cuadragésima’, cuarenta días, los que siguen al Carnaval y preceden a la Pascua.
De acuerdo con las normas impuestas por la tradición, los cristianos mayores de 14 años no deben consumir carne y, desde los 18 años deben ayunar el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo.
Las normas se han ido flexibilizando con el paso de los años; en un principio, los cristianos solo podían consumir agua, sal y pan y la abstinencia debía durar todo el periodo de la cuarentena.
De hecho, en otros momentos de la historia cristiana la prohibición se extendía no sólo a la Cuaresma, sino también a todos los miércoles y viernes del año y las vísperas de los festivos, sábados incluidos.
Sin embargo, con el tiempo todo fue cambiando y a la dieta se le añadió fruta, huevos, pescados, frutas y verduras y luego pasó a establecerse solo cada viernes y no todos los días.
Hay algunas ramas de la religión que permiten que los mayores de 59 años no ayunen pero deben mantenerse en abstinencia. En el caso de los menores de 14 años sí se permite el consumo de carne pero los padres deben formarles en un “auténtico espíritu de penitencia”
Aunque pareciera ser una práctica extrema, el catolicismo es de las religiones más flexibles con el tema. Por ejemplo, los ortodoxos griegos cumplen la xerofagia (sólo pueden comer pan, agua, sal, verduras y frutas) durante toda la Cuaresma, a excepción del Domingo de Ramos, en el que pueden añadir a su dieta aceite, vino y pescado.
Otras religiones como los musulmanes tienen restricciones alimentarias más arraigadas y estrictas como durante el Ramadán donde no pueden comer ni beber nada desde que sale el sol hasta que se oculta. Además, durante todo el año tienen prohibido el consumo de alcohol, el cerdo y otra serie de especies animales.
En el caso del judaísmo, la Torá solo permite alimentarse de animales que tengan pezuña hendida y rumien, como es el caso de vacas, ovejas, cabras y ciervos. Pero prohíbe, por ejemplo, la carne de cerdo y sus derivados, el conejo, la liebre, el caballo, el camello, el faisán, la avestruz. Además, no pueden comer carne y lácteos al mismo tiempo y el consumo de pescado se limita a los que tengan aletas y escamas.
Estas normas estrictas se basan en la lista de prohibiciones que se explica en el libro El Levítico de la Biblia, aunque, según los teólogos, Jesús levantó varias de esas restricciones en el nuevo testamento, aunque los judíos no comparten ese cambio con los católicos.