Hace poco más de 40 años que se inició oficialmente la lucha contra el VIH, desde entonces se han presentado grandes avances en el acceso a la terapia y el control de la enfermedad, lo que permite tener esperanzas en la batalla contra el virus.

En Colombia, de acuerdo con cifras del Fondo de Población de las Naciones Unidas, más de 134.636 personas viven con VIH. De las cuales, alrededor del 22,54 % son mujeres, la mayoría en edad fértil, es decir, entre los 35 y 39 años.

Si bien la condición en el país es más predominante en hombres -ya que por cada 4 hombres que se contagian, 1 mujer contrae el virus según el Centro Nacional de Epidemiología, Prevención y Control de Enfermedades de Perú-, existen diferentes factores que incrementan el riesgo femenino de contraer VIH, debido, en gran medida, a que las relaciones sexuales receptivas, es decir, aquellas en las que se recibe la penetración, presentan mayor probabilidad de contagio.

Así las cosas, entre 2020 y 2021 en el territorio colombiano, el VIH en las mujeres aumentó un 5,73 %, primordialmente en mujeres en estado de vulnerabilidad, poniendo en la conversación científica la posible ‘feminización de la epidemia’.

El VIH y la maternidad

Además, en el país durante el 2021 se reportaron 1.150 mujeres embarazadas con la infección, lo que representa un incremento del 5.22 % con relación al 2020, conforme a las cifras de Cuenta de Alto Costo.

Sin embargo, vivir con VIH no es una limitación para ser mamá, según el Ministerio de Salud; un diagnóstico oportuno en la mujer en edad fértil o en estado gestante; además de un tratamiento adecuado con antirretrovirales tanto para la madre como al recién nacido y otras medidas como programar una cesárea y garantizar leche de fórmula al bebé, son claves para prevenir la transmisión vertical del virus, es decir, el contagio de la madre al hijo o hija.

La lucha contra el VIH se ha visto afectada por el coronavirus: OMS | Foto: Getty Images

¿Cuál es el rol de los antirretrovirales?

Los tratamientos contra el VIH impiden que el virus se reproduzca, lo que reduce la concentración de la carga viral: entre menor sea esta, menor es la probabilidad de que la infección por VIH se transmita de madre a hijo durante el embarazo y el parto. El tener una concentración menor del VIH en el cuerpo ayuda también a mantener sana a la futura mamá.

Por ello, la OMS recomienda el uso de antirretrovirales como la estrategia preferida de primera y segunda línea para todas las poblaciones, incluidas las embarazadas y las mujeres en edad reproductiva.

En el día de conmemoración de la lucha contra el VIH, se presentan 5 datos claves para que el VIH no sea incompatible con el embarazo y la maternidad.

  • Es importante que las mujeres, como parte de la planeación de su maternidad, se realicen una prueba de VIH, para que, en caso de ser positiva, puedan tomar las medidas necesarias para proteger su bienestar y el del bebé.
  • En caso de que la gestante viva con VIH es importante tener acceso al tratamiento adecuado y monitorear la carga viral.
  • Debe programarse la cesárea como procedimiento para evitar el riesgo al que pueda estar expuesto el bebé en el momento del parto.
  • Es importante que él bebe reciba toda la atención médica requerida y se apliquen todas las medidas necesarias para evitar que se pueda infectar.
  • A su vez, se le debe suministrar leche de fórmula al recién nacido e iniciar terapia antirretroviral al bebe luego del parto.

Es por esto que los esfuerzos de científicos, el gobierno, la sociedad civil y la industria farmacéutica como GSK, entre otros, han estado encaminados a promover un diagnóstico oportuno y a brindar acceso a tratamientos que garanticen una mayor calidad de vida a quienes viven con la infección.