“Los virus del papiloma humano (VPH) son un grupo de más de 200 virus relacionados y algunos de estos se transmiten por las relaciones sexuales vaginales, anales u orales. Hay dos grupos de VPH de transmisión sexual: de riesgo bajo y de riesgo alto”, reseña el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos (NCI, por sus siglas en inglés).
Explica que los VPH de riesgo bajo no suelen causar enfermedades por lo general. No obstante, algunos producen verrugas en el área de los genitales, el ano, la boca o la garganta. En cambio, los VPH de riesgo alto sí causan varios tipos de cáncer. “Hay alrededor de 14 tipos de VPH de riesgo alto e incluyen los siguientes: 16, 18, 31, 33, 35, 39, 45, 51, 52, 56, 58, 59, 66 y 68. Dos de estos, el VPH16 y el VPH18, causan la mayoría de los cánceres relacionados con el VPH”, señala el NCI.
Se trata de una infección viral que por lo general se manifiesta mediante la aparición de crecimientos en la piel o en las membranas mucosas (verrugas). Mayo Clinic deja claro que la mayoría de las infecciones por VPH no derivan en cáncer. Sin embargo, algunos tipos “pueden causar cáncer de la parte inferior del útero que se conecta a la vagina (cuello uterino). Otros tipos de cáncer, incluido el de ano, pene, vagina, vulva y parte posterior de la garganta (orofaringe) se han relacionado con la infección por VPH”, destaca.
Estas infecciones suelen transmitirse sexualmente o a través de otro tipo de contacto piel a piel. Los expertos hacen énfasis en la importancia de las vacunas que ya circulan contra el VPH, pues ayudan a proteger el organismo contra las cepas de esta infección viral, que tienen mayor probabilidad de causar verrugas genitales o cáncer de cuello uterino.
Tanto hombres como mujeres pueden padecer de VPH y desarrollar su sintomatología. De cara a los síntomas, Mayo Clinic explica que “en la mayoría de los casos, el sistema inmunitario del cuerpo vence una infección por el VPH antes de crear las verrugas. Cuando aparecen las verrugas, estas varían en apariencia según el tipo de VPH que esté involucrado”.
Hay cuatro tipos de verrugas: genitales, comunes, plantares y planas.
En las primeras aparecen como lesiones planas, pequeños bultos en forma de coliflor o pequeñas protuberancias en forma de tallo. En el caso de las mujeres, por lo general aparecen en la vulva. Sin embargo, también pueden salir cerca del ano, en el cuello uterino o en la vagina. En los hombres, este tipo de verrugas aparecen en el pene y el escroto o alrededor del ano. Los expertos destacan que las verrugas genitales rara vez causan molestias o dolor, aunque pueden causar comezón o sensibilidad.
Las verrugas que aparecen como bultos ásperos y elevados, que generalmente se presentan en las manos y los dedos, son llamadas verrugas comunes. En la mayoría de los casos, suelen ser antiestéticas y en contadas ocasiones pueden ser dolorosas o susceptibles a lesiones o sangrado.
Las verrugas plantares son crecimientos duros y granulosos que habitualmente aparecen en los talones o la parte anterior de las plantas de los pies, y suelen causar molestias.
Por último están las verrugas planas, las cuales se manifiestan como lesiones planas y ligeramente elevadas. “Pueden aparecer en cualquier parte, pero los niños suelen tenerlas en la cara y los hombres tienden a tenerlas en el área de la barba. Las mujeres tienden a tenerlas en las piernas”, dice Mayo Clinic.
En cuanto al cáncer de cuello uterino, las infecciones por VPH son la principal causa de este tipo de cánceres. Es válido anotar que el cáncer de cuello uterino puede tardar 20 años o más en desarrollarse después de una infección por VPH. Por lo general, los pacientes que sufren de estas dos afecciones en etapa temprana no desarrollan síntomas. La entidad sin ánimo de lucro enfatiza: “Vacunarse contra la infección por VPH es la mejor protección contra el cáncer de cuello uterino”.
Es de vital importancia que las mujeres se sometan a pruebas para detectar cualquier cambio precanceroso en el cuello uterino que pueda derivar en cáncer. Las pautas actuales recomiendan que las mujeres de 21 a 29 años se hagan la prueba de Papanicolaou cada tres años; las mujeres de 30 a 65 años, cada tres o cinco años si se hacen el análisis de ADN del VPH al tiempo, y las mujeres mayores de 65 pueden dejar de hacerse la prueba si se han obtenido resultados normales en tres pruebas de Papanicolaou seguidas o si se hicieron dos análisis de ADN del VPH y Papanicolaou sin resultados anormales.
La entidad sin ánimo de lucro señala que la infección por VPH ocurre cuando el virus ingresa al cuerpo, por lo general a través de un corte, abrasión o un pequeño desgarro en la piel. Entre tanto, las infecciones genitales por VPH se transmiten mediante las relaciones sexuales, el sexo anal y otro tipo de contacto en la región genital. Las verrugas producto del VPH son contagiosas y se pueden propagar a través del contacto directo con una verruga o cuando alguien toca algo que ya haya entrado en contacto con la verruga.
Como en toda enfermedad, hay factores que pueden incrementar el riesgo de contraer el VPH. Entre los que destaca Mayo Clinic está el número de parejas sexuales: “Cuantas más parejas sexuales tengas, más probabilidades tendrás de contraer una infección genital por el VPH. Tener relaciones sexuales con una pareja que ha tenido múltiples parejas sexuales también aumenta el riesgo”.
La edad, los sistemas inmunitarios debilitados, la piel dañada y el contacto personal son otros factores de riesgo.