La calabaza es un vegetal anaranjado, nutritivo y bastante sustancioso. De hecho, es un alimento altamente nutritivo, siendo bajo en calorías, pero rico en vitaminas y minerales, todos estos se encuentran en sus semillas, hojas y jugos.
En concreto, esta hortaliza presenta una gran riqueza vitamínica, especialmente de betacaroteno o provitamina A y de las otras dos vitaminas antioxidantes, la C y la E.
Crudas y secas, las semillas de calabaza constituyen un alimento muy saludable. Entre sus minerales sobresale el magnesio, importante para los sistemas cardiovascular y nervioso: 50 gramos cubren la mitad de las necesidades diarias, según el portal de salud Cuerpo y Mente.
Según la Fundación Española de Nutrición, la calabaza “destaca por su carácter digerible, pues entre sus componentes predomina el agua y carece de grasas y glúcidos”.
Ahora bien, la calabaza contiene vitamina A, muy beneficiosa para la vista y la piel. Tal y como sucede con el consumo de zanahoria, comer calabaza ayuda a mejorar la visión y la protección de la dermis, según el magacín Mundo Deportivo, en su sección de salud y bienestar.
Cabe destacar que las principales causas de la visión borrosa son los errores de refracción (miopía, hipermetropía y astigmatismo) o la presbicia, indica el portal All About Vision. Sin embargo, también podría ser un síntoma de problemas más serios, incluyendo una enfermedad ocular que puede ser una amenaza para la vista o puede tener su origen en trastornos neurológicos.
Ahora bien, las semillas de calabaza son otro de los remedios naturales contra la degeneración macular, según afirma este estudio de la Universidad Lesley (Estados Unidos), pues contienen zinc y ácidos grasos esenciales. Estos dos elementos resultan determinantes en la prevención de las enfermedades visuales.
Procurar incluir las semillas de calabaza en las recetas y postres ayuda a combatir también el envejecimiento prematuro. Debido a que tienen pocas calorías se pueden consumir todos los días.
La porción recomendada son 3 cucharadas (24 g) pero procura elegir las que están libres de sal y fritura. Las mejores opciones son tostadas y molidas.
Otros alimentos que benefician los ojos
- Té verde (Camellia sinensis): sus polifenoles protegen las células de la retina del daño causado por la radiación solar ultravioleta. Se puede tomar 3-4 tazas diarias de la infusión.
- Coleo (Coleus forskohlii): esta planta de la familia de la menta puede reducir la presión intraocular y mejora el ojo seco. Una dosis habitual es 2 cápsulas diarias de 125 mg de extracto.
- Pimiento rojo: proporciona vitamina C, que combate la oxidación y favorece la formación de colágeno, necesario para la regeneración de la córnea y la esclerótica. Los vegetales frescos contienen vitamina C.
- Garbanzos: las legumbres y frutos secos abundan en vitaminas del grupo B. El consumo óptimo se ha relacionado con una incidencia menor de degeneración macular relacionada con la edad, cataratas y glaucoma.
- Semillas de girasol: aportan la antioxidante vitamina E, que previene las cataratas relacionadas con la edad. Además del girasol, alimentos ricos en vitamina E son el aguacate, las nueces y otros frutos secos.
- Ginkgo (Ginkgo biloba): mejora la irrigación sanguínea de la retina y podría mejorar la visión en caso de glaucoma. Se puede tomar hasta 240 mg diarios del extracto.
- Eufrasia (Euphrasia officinalis): se puede preparar una infusión (40 g por litro), colarla con un filtro de café, y utilizarla para lavar los ojos. Sirve para desinflamar y limpiar.
- Espinacas: son ricas en luteína y zeaxantina, pigmentos que protegen la retina. Tomar 15 mg de luteína, tres veces a la semana, puede mejorar la visión afectada por las cataratas.