La visión borrosa se caracteriza por la pérdida de la agudeza visual, lo que hace que los objetos aparezcan fuera de foco y se vean opacos.
Las principales causas que originan esta afección están relacionadas con los errores de refracción como la miopía, hipermetropía y astigmatismo y también con la presbicia, indica el portal All About Visión. Sin embargo, la visión borrosa también puede ser un síntoma de problemas más serios, incluyendo una enfermedad ocular que puede ser una amenaza para la vista, o trastornos neurológicos.
Esta situación puede afectar a cualquier persona sin importar su edad, aunque se relaciona más con el paso de los años y el envejecimiento, por lo que los pacientes de mayor edad son más propensos a sufrirla.
Normalmente, cuando se habla de visión borrosa se refiere a una molestia que se presenta en los dos ojos. Sin embargo, también puede ocurrir el hecho de ver borroso por un solo ojo y puede tener características muy parecidas a la visión borrosa en ambos ojos, pero no es lo mismo.
Según información de la clínica Baviera, de España, el hecho de presentar un cuadro de visión borrosa en uno o ambos ojos a la vez no es un asunto menor. Aunque la causa entre las dos variantes de esta anomalía pueda ser clínicamente la misma, las variaciones se presentan a la hora del tratamiento; es decir que no es lo mismo mitigar los efectos de una visión borrosa en un solo ojo que en los dos. Esta diferencia supone cambios sustanciales.
Por ejemplo, si la solución sugerida por el oftalmólogo es la cirugía, el enfoque de la misma no será igual si se tiene que intervenir un solo ojo. Lo mismo ocurre cuando el tratamiento pasa por el uso de gafas o lentes: una de las dos lentes deberá tener la graduación adecuada para que sea realmente efectiva.
La visión borrosa por un ojo puede darse, según el Instituto Oftalmológico Fernández Vega, de España, por la degeneración macular asociada a la edad (Dmae), que es la causa más frecuente de ceguera en personas mayores. La pérdida de visión está causada por una lesión en la mácula (zona central de la retina), una zona de gran importancia para la visión.
Se trata de una enfermedad que afecta a personas por encima de los 60 años, aumentando en riesgo a medida que el paciente envejece.
Explican los expertos, que con el paso del tiempo y el envejecimiento de la persona, se produce un deterioro natural de las células de la mácula y del epitelio pigmentario retiniano. Este último es donde se encuentra la mayor parte de los fotoreceptores y conos encargados de dotar de una agudeza visual al individuo. Así, como consecuencia de su deterioro, se producen alteraciones tanto en el tamaño y forma de las imágenes, como en la forma en la que se ven los objetos, por lo que se ven de manera borrosa.
Al tratarse de una enfermedad con carácter progresivo, crónico y degenerativo su cura no es posible. Sin embargo, existen determinadas recomendaciones que permiten retrasar su progresión asociados a buenos hábitos, como, por ejemplo: práctica de ejercicio físico; llevar un estilo de vida sano, no fumar y mantener una dieta equilibrada y saludable con alimentos que contengan omega 3 y ricos en zinc y antioxidantes.
Presbicia
La presbicia también puede influir en la visión borrosa de un solo ojo. Este problema refractivo es la disminución de la capacidad de acomodación del cristalino para la visión de cerca, también denominada vista cansada. La presbicia provoca, entre otros síntomas, una visión borrosa de cerca y está relacionada con el factor de la edad.
El cristalino envejece y se produce una pérdida de elasticidad y de la capacidad para enfocar correctamente. Es por eso por lo que suele presentarse a partir de los 40 años y comienza a ser clínicamente significativa a partir de los 45. Aunque no hay forma de restituir la función del cristalino, existen técnicas que permiten corregirla como las gafas y las lentes de contacto, además de la cirugía, afirman los especialistas.
Una de las formas de evitar las afecciones en los ojos es una buena alimentación que incluya vitaminas como la A, B, C y la E. La vitamina A es clave y puede encontrarse en alimentos como la zanahoria contiene grandes cantidades de betacaroteno y vitamina A, que evitan la degeneración macular y las cataratas, función que también cumplen las vitaminas C y E. Las dos son ricas en antioxidantes.
El complejo de vitamina B, sobre todo la B1, B2, B6, B12 y el ácido fólico, son fundamentales en la protección de los ojos frente a enfermedades que pueden degenerar la visión. Asimismo, si una persona presenta deficiencia de vitamina B es más probable que pueda sufrir de sensibilidad a la luz, inflamación en los ojos y otras afecciones.