La visión borrosa se manifiesta cuando hay una pérdida de la agudeza visual. Esto hace que los objetos aparezcan fuera de foco y con algún nivel de opacidad, ya sea que se observen de cerca o a la distancia.
Es una afección que lleva a que las cosas no se vean claras, que cueste distinguir los rostros, se presentan problemas para leer o se siente que las letras se mueven, sea en el computador o en un libro. Además, puede estar acompañada por dolores de cabeza, mareos, cansancio y náuseas.
Información del portal All About Vision indica que las principales causas de la visión borrosa son los errores de refracción tales como: miopía, hipermetropía, astigmatismo o presbicia. Sin embargo, también podría ser un síntoma de problemas más serios, incluyendo una enfermedad ocular que se convierte en una amenaza para la vista o puede tener su origen en trastornos neurológicos y también en el avance normal de la edad.
Con la idea de no llegar a este punto es clave adoptar diversas recomendaciones, entre ellas, la alimentación. Lo que las personas ingieren juega un papel clave en la prevención y cuidado de la salud visual. Estos son algunos de los productos recomendados por los expertos.
Saludables para los ojos
Brócoli
Es una verdura cuyas propiedades permiten que los ojos se mantengan protegidos del sol. Esto se debe a que contiene vitamina C, que contribuye a la mejora de los vasos sanguíneos en general, incluyendo los que están en los ojos. También es rico en vitamina A, que favorece los pigmentos de luteína y zeaxantina, elementos que ayudan a filtrar los rayos solares para que no choquen directamente con la membrana interior, precisa la clínica oftalmológica Ocumed.
Zanahoria
El betacaroteno que contiene esta hortaliza evita la degeneración rápida del ojo. Además, contiene una buena dosis de vitamina A que ayuda a mejorar los fotorreceptores. Es decir, beneficia la claridad de la visión y su posibilidad de ver en la oscuridad.
Futas y vegetales con vitamina C
Esta vitamina ayuda a reparar y renovar nuevas células tisulares, afirma la Academia Americana de Oftalmología. Este nutriente se puede encontrar en frutas cítricas como naranjas, mandarinas, toronjas y limones. Muchos otros alimentos ofrecen vitamina C, incluyendo los duraznos, los pimentones rojos, los tomates y las fresas.
Alimentos ricos en vitamina E
Este antioxidante ayuda a mantener sanas las células. La vitamina E puede encontrarse en el aguacate, las almendras y las semillas de girasol, entre otros productos.
Pescado con ácidos grasos omega-3
Dietas ricas en ácidos grasos omega-3 provenientes de peces de agua fría ayudarían a reducir el riesgo de desarrollar enfermedades oculares. Aquí se incluye el salmón, atún, sardinas y la trucha.
Pimentón rojo
Este vegetal es rico en vitaminas A y E que optimizan la visión nocturna y le brindan a la persona antioxidantes que detienen la degeneración macular. Brinda un aporte importante de vitamina C que previene algunas de las enfermedades oculares más comunes.
Granos enteros
El zinc ayuda a mantener la retina sana y protege los ojos de los nocivos efectos de la luz y los granos enteros son una importante fuente de este mineral, asegura la Academia Americana de Oftalmología. Los fríjoles, arvejas y habas no deberían faltar en la dieta. Otros alimentos con alto contenido de zinc incluyen las ostras, la carne roja magra, el pollo y los cereales fortificados.
Té verde
Esta bebida es fuente de componentes denominados catequinas, antioxidantes que tras ingerirse y absorberse por el tracto digestivo, llegan hasta los tejidos que conforman los ojos. De esta forma ayudan a proteger la retina y reducen la posibilidad de desarrollar cataratas en el futuro.
Uvas
La uva oscura dispone de alto contenido de resveratrol, una sustancia presente en el vino y otras plantas, que funciona como antioxidante. Según Ocumed, este compuesto optimiza la circulación de la sangre y la acción de los vasos sanguíneos presentes en los ojos.
Aceite de oliva
Este alimento contiene propiedades que contribuyen a evitar la degeneración macular, también conocida como aquella destrucción lenta de la visión central, asociada con la edad en muchos casos.