El astigmatismo es una imperfección que se presenta en la curvatura del ojo, que causa visión borrosa de lejos y de cerca.
Esta afección se da cuando la superficie frontal del ojo (córnea) o el cristalino en el interior de este órgano tienen curvas dispares. Según información del instituto de investigaciones clínicas Mayo Clinic, el astigmatismo suele estar presente al nacer y puede ocurrir en combinación con miopía o hipermetropía.
Un ojo con astigmatismo ve las imágenes distorsionadas, ya que no consigue un enfoque adecuado. Los objetos pueden aparecer alargados o más anchos, a veces se confunden las letras y los números e incluso, en ocasiones, pueden aparecer sombras al lado de las cosas.
La Academia Americana de Oftalmología explica que si la córnea o el cristalino no tienen una curvatura uniforme, los rayos de luz no se refractan correctamente. Los médicos desconocen el por qué la forma de la córnea varía de persona a persona, pero lo que sí se sabe es que la probabilidad de tener astigmatismo es hereditaria.
De acuerdo con esta institución, este efecto de refracción en el ojo puede aparecer después de una enfermedad, lesión o intervención quirúrgica ocular y asegura que es un mito que el astigmatismo puede aparecer o empeorar por leer con poca luz o por sentarse demasiado cerca de la televisión.
Los especialistas indican que los síntomas del astigmatismo pueden ser variados e incluir visión borrosa o áreas de visión distorsionada, cansancio visual, dolor de cabeza, que la persona deba entrecerrar los ojos para ver más claramente y molestias en los ojos como ardor.
No obstante, aclaran que si una presentan estas señales no necesariamente podría tener astigmatismo y, por ello, lo mejor es consultar al oftalmólogo para que mediante un examen completo y detallado determine las causas de los síntomas.
Otros errores refractivos
El astigmatismo puede ocurrir en combinación con otros errores de refracción, entre los que se incluyen la miopía y la hipermetropía.
La primera ocurre cuando la curvatura de la córnea es muy grande o cuando el ojo es más largo de lo normal. En lugar de enfocarse precisamente en la retina, la luz se enfoca delante de la retina y hace que los objetos distantes parezcan borrosos.
Por el contrario, la hipermetropía se presenta cuando la curvatura de la córnea es muy pequeña o el ojo es más corto de lo normal. El efecto es lo contrario a la miopía. Cuando el ojo está en un estado de relajación, la luz nunca se enfoca en la parte posterior del ojo, lo que hace que los objetos cercanos parezcan borrosos.
Al igual que sucede con otras afecciones de los ojos, si el paciente empieza a detectar que tiene dificultades para ver o para visualizar los detalles de su entorno debe acudir al especialista, precisa el portal Cuídate Plus. Además, si al usar gafas o lentes de contacto los problemas continúan o empeoran es recomendable visitar de nuevo al médico para determinar si el diagnóstico es correcto o puede haber otra afectación que no haya sido valorada.
Tratamiento
Usualmente, se puede corregir el astigmatismo leve a moderado con el uso de gafas o lentes de contacto, los cuales pueden corregir la afección al compensar las curvaturas irregulares presentes en la córnea y el cristalino.
Anteriormente, los lentes de contacto rígidos (RGP o GP, por sus siglas en inglés) solían ser las únicas opciones en para tratar esta afección, pero ahora existen los blandos llamados “lentes de contacto tóricos” que pueden corregir este error de refracción. Sin embargo, el tipo de lente que se utilice dependerá de la persona y de sus condición.