Un estudio realizado en Finlandia asegura que visitar frecuentemente espacios verdes como parques y jardines comunitarios está relacionado con una menor necesidad de consumir medicamentos para la depresión, la ansiedad, el insomnio, la hipertensión y el asma.
Los científicos realizaron una encuesta en la que preguntaban a los participantes la frecuencia con la que pasaban tiempo o realizaban deporte en espacios verdes (parques, bosques, lagos, ríos, mares). A su vez, se les solicitó información sobre el consumo de los fármacos mencionados con anterioridad, cuestionando si los habían tomado en la última semana, hace más de un año o nunca.
Los resultados se basaron en las respuestas de 16.000 residentes de Helsinki, Espoo y Vantaa, los cuales fueron seleccionados aleatoriamente en la ‘Encuesta de Salud Ambiental de la Región Capital’ de Helsinki, teniendo en cuenta que estas tres ciudades constituyen la mayor área urbana de Finlandia.
Dichos expertos, partieron de la creencia habitual de que la exposición a entornos naturales es buena para la salud y contemplaron factores que podrían influir en los resultados como los hábitos de salud, la contaminación atmosférica y acústica.
Menos medicamentos, más árboles
Como parte de los resultados de este estudio, se pudo determinar que realizar tres o cuatro visitas a la semana a alguno de estos lugares aumenta en un 33% las probabilidades de usar medicamentos que beneficien la salud mental, en un 36% para casos de presión arterial y en un 26% menos al uso de medicamentos contra el asma.
Realizar tres o cuatro visitas a la semana a alguno de esos lugares se asoció con un 33 % menos de probabilidades de usar medicamentos para la salud mental, un 36 % menos para casos de presión arterial y un 26 % menos de usar medicamentos contra el asma. Esas cifras caen en un 22%, 41% y 24% respectivamente durante al menos cinco visitas por semana.
Los investigadores también observaron que los participantes que aseguraron tener ingresos familiares más bajos (de menos de 30.000 euros al año) experimentaron mayores efectos positivos al visitar espacios verdes. Sin embargo, las asociaciones halladas no dependían de los ingresos familiares no del nivel educativo.
De acuerdo con los científicos, “es probable que la creciente evidencia científica que respalda los beneficios para la salud de la exposición a la naturaleza aumente la oferta de espacios verdes de alta calidad en los entornos urbanos y promueva su uso activo. Esta podría ser una forma de mejorar la salud y el bienestar en las ciudades”.
No existe causalidad
Los expertos finlandeses han explicado que los resultados son suficientes para demostrar causa y efecto, pero se debe considerar que las personas que gozan de una mejor salud tienen más oportunidades y motivación para salir y disfrutar de espacios naturales.
No obstante, la investigación demuestra que sentarse y contemplar la naturaleza desde la distancia no tiene el mismo efecto que salir y pasar tiempo en ella y los efectos de estar al aire libre son más beneficiosos para la salud mental y física.
“Es probable que la acumulación de evidencia científica que respalde los beneficios para la salud de la exposición a la naturaleza aumente la oferta de espacios verdes de alta calidad en entornos urbanos y promueva su uso activo”, aseguran los expertos. “Esta podría ser una forma de mejorar la salud y el bienestar en las ciudades a nivel global”, reiteran.
A manera de conclusión, los autores hacen hincapié en la importancia de la planificación urbana y cómo esta debe contemplar las distintas aristas que suponen una población saludable como la construcción de nuevos y modernos parques en zonas comunes y sociales que permitan a los ciudadanos gozar de ambientes naturales, diversos y recreativos que beneficien su salud física, psicológica y espiritual.