La tiamina, vitamina que hace parte de las vitaminas del complejo B, participan en muchas reacciones químicas del cuerpo. También conocida como vitamina B1 ayuda a las células del organismo a convertir los carbohidratos que se consumen en energía.

Es importante tener en cuenta que este tipo de productos cumplen la función principal de suministrar energía al cuerpo, especialmente al cerebro y al sistema nervioso, así lo explicó el portal de medicina y salud Medline Plus.

Este nutriente se puede encontrar en:

  • Productos integrales, enriquecidos y fortificados como el pan, los cereales, el arroz, la pasta y la harina.
  • Germen de trigo.
  • Carne de res y de cerdo.
  • Trucha y atún de aleta azul.
  • Huevos.
  • Legumbres y arvejas (guisantes).
  • Nueces y semillas.
  • Los productos lácteos, las frutas y las verduras en pequeñas cantidades no contienen mucha tiamina. Pero cuando se consumen en grandes cantidades, se convierten en una fuente importante de esta vitamina.

De igual manera, la falta de esta vitamina puede generar:

  • Debilidad.
  • Fatiga.
  • Psicosis.
  • Daño neurológico.

Según el medio, en Estados Unidos se ha observado que la falta de tiamina se presenta en pacientes que ingieren de manera excesiva alcohol. El consumo desmedido de esa sustancia dificulta la absorción de la tiamina. Además, menciona que “los adultos mayores, que tienen VIH/SIDA, diabetes, síndrome de malabsorción (problemas para absorber los alimentos) o que se han sometido a una cirugía bariátrica (una operación que le ayuda a perder peso haciendo cambios en su sistema digestivo)” son personas que pueden presentar deficiencia de esta vitamina.

A la par, la tiamina es utilizada, según MedlinePlus, para tratar y prevenir el síndrome de Wernicke-Korsakoff, el cual está causado por la falta de tiamina en la dieta. Hormigueo y entumecimiento en manos y pies, perdida de la memoria y confusión son los signos y síntomas más comunes de la enfermedad.

Sumado a lo anterior, Mayo Clinic explica que la tiamina también puede ser empleada para tratar trastornos metabólicos hereditarios. “La tiamina administrada por vía oral ayuda a corregir temporalmente diferentes tipos de enfermedades causadas por defectos genéticos —heredadas, por lo general, de ambos padres— que interfieren en el metabolismo del cuerpo. Un ejemplo es la enfermedad de orina con olor a jarabe de arce”, explica la entidad sin ánimo de lucro.

La Oficina de Suplementos Dietéticos, que hace parte de los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, explica que la cantidad de tiamina necesaria para el organismo “depende de la edad y el sexo”.

En ese sentido, estas son las cantidades promedio recomendadas por día en miligramos (mg): bebés hasta los 6 meses de edad, 0.2 mg; bebés de 7 a 12 meses de edad, 0.3 mg; niños de 1 a 3 años de edad, 0.5 mg; niños de 4 a 8 años de edad, 0.6 mg; niños de 9 a 13 años de edad, 0.9 mg; adolescentes varones de 14 a 18 años de edad, 1.2 mg; adolescentes mujeres de 14 a 18 años de edad, 1 mg; hombres, 1.2 mg; mujeres, 1.1 mg; mujeres y adolescentes embarazadas, 1.4 mg; mujeres y adolescentes en período de lactancia, 1.4 mg.