La vitamina B12 es un nutriente que ayuda a mantener la salud de las neuronas y la sangre, de acuerdo con los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés).

Además, contribuye a la formación del ácido desoxirribonucleico (ADN), el material genético presente en todas las células. Asimismo, ayuda a prevenir la anemia megaloblástica, un trastorno de la sangre que causa cansancio y debilidad.

Para consumir las cantidades recomendadas de vitamina B12, hay que comer alimentos variados como:

  • Pescado, carne, carne de aves, huevos, leche y otros productos lácteos.
  • Almejas e hígado de res son algunas de las mejores fuentes de vitamina B12.
  • Algunos cereales para el desayuno, las levaduras nutricionales y otros productos alimenticios fortificados con vitamina B12 agregada.

En consecuencia, según el portal de salud ‘Tododisca’ la vitamina B12 beneficia a los pacientes con insuficiencia renal, ya que esta vitamina fue tolerada por los organismos de las personas que participaron en el estudio realizado en pacientes con nefropatía diabética, de acuerdo con el portal, ya que esto ayuda a prevenir la aparición de otras enfermedades que puedan perjudicar más a las personas con insuficiencia renal.

De hecho, según una investigación liderada por la Universidad de Granada, y que fue citada por el portal “una persona con insuficiencia renal crónica puede consumir en su dieta 2,4 μg/día de vitamina B12″.

No obstante, antes de consumir algún medicamento o iniciar un tratamiento lo primero que hay que hacer es consultar a un experto de la salud para que sea este quien guie el proceso e indique que es lo más adecuado para cada persona.

Hay que señalar que los institutos señalaron que el cuerpo almacena entre 1.000 y 2.000 veces la cantidad de vitamina B12 que se suele ingerir en un día. Por este motivo, los síntomas de deficiencia de vitamina B12 pueden tardar varios años en manifestarse.

“Si usted tiene deficiencia de vitamina B12, es posible que se sienta cansado o débil. Estos son síntomas de la anemia megaloblástica, que es característica de la deficiencia de vitamina B12. Además, es posible que la persona tenga la piel pálida, palpitaciones, pérdida del apetito, pérdida de peso e infertilidad. Las manos y los pies podrían presentar adormecimiento u hormigueo, lo cual es un signo de problemas de los nervios. Otros síntomas de la deficiencia de vitamina B12 son problemas de equilibrio, depresión, confusión, demencia, mala memoria y ulceraciones en la boca o la lengua”, señalaron los NIH.

Asimismo, explicaron que en los bebés, los signos de una deficiencia de vitamina B12 incluyen retraso en el crecimiento, demoras en alcanzar los hitos característicos del desarrollo y anemia megaloblástica.

Además, la deficiencia de vitamina B12 puede causar daños en el sistema nervioso, incluso en personas que no tienen anemia megaloblástica.

Por su parte, los expertos señalan que no se ha demostrado que la vitamina B12 cause daño alguno, ni siquiera en dosis elevadas.

Sobre la misma línea, la vitamina B12 se encuentra en los suplementos multivitamínicos y multiminerales, en suplementos del complejo B y en suplementos que solo contienen vitamina B12. Suele presentarse en una forma denominada cianocobalamina.

Otras presentaciones habituales son la adenosilcobalamina, la metilcobalamina y la hidroxicobalamina. La vitamina B12 también se consigue en una presentación que se disuelve debajo de la lengua (llamada vitamina B12 sublingual). Los estudios de investigación no han demostrado que una presentación de la vitamina B12 en suplementos sea mejor que las otras.

Los riñones son clave en la purificación de la sangre. | Foto: Getty Images

Además, la cantidad de vitamina B12 que una persona necesita por día depende de su edad y las cantidades promedio diarias de vitamina B12 que se recomiendan, expresadas en microgramos (mcg), para diferentes edades son las siguientes:

  • Bebés hasta los 6 meses: 0,4 mcg
  • Bebés de 7 a 12 meses: 0,5 mcg
  • Niños de 1 a 3 años: 0,9 mcg
  • Niños de 4 a 8 años: 1,2 mcg
  • Niños de 9 a 13 años: 1.8 mcg
  • Adolescentes de 14 a 18 años: 2,4 mcg
  • Adultos: 2,4 mcg
  • Mujeres y adolescentes embarazadas: 2,6 mcg
  • Mujeres y adolescentes en período de lactancia: 2,8 mcg