La vitamina E es un nutriente liposoluble que puede encontrarse en diferentes alimentos. Según los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, en el cuerpo actúa como antioxidante y ayuda a proteger las células contra los daños provocados por los radicales libres.
La entidad destaca que el organismo necesita esta vitamina para “estimular el sistema inmunitario a fin de que éste pueda combatir las bacterias y los virus que lo invaden. Ayuda a dilatar los vasos sanguíneos y evitar la formación de coágulos de sangre en su interior. Además, las células emplean la vitamina E para interactuar entre sí y para cumplir numerosas funciones importantes”.
De acuerdo con los expertos de Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro, dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, la vitamina E es muy importante para el organismo, pues contribuye a que los nervios y los músculos funcionen correctamente y a la prevención de formación de coágulos de sangre.
Cada individuo necesita una cantidad diaria diferente de vitamina E. Esto depende de la edad:
- Bebés hasta los 6 meses de edad: 4 mg
- Bebés de 7 a 12 meses de edad: 5 mg
- Niños de 1 a 3 años de edad: 6 mg
- Niños de 4 a 8 años de edad: 7 mg
- Niños de 9 a 13 años de edad: 11 mg
- Adolescentes de 14 a 18 años de edad: 15 mg
- Adultos: 15 mg
- Mujeres y adolescentes embarazadas: 15 mg
- Mujeres y adolescentes en período de lactancia: 19 mg
Prueba de vitamina E
Este examen también es conocido como prueba de tocoferol, prueba de alfa-tocoferol o prueba de vitamina E en suero. Mide la cantidad de vitamina E que hay en la sangre; aunque las personas reciben la cantidad adecuada de este nutriente a través de la alimentación diaria, hay quienes pueden presentar un déficit y esto puede provocar problemas de salud.
Algunos de los síntomas que pueden indicar deficiencia de vitamina E incluyen:
El déficit de vitamina E es poco común en personas sanas. En la mayoría de los casos está asociada con algunas enfermedades, que provocan una mala absorción de las grasas como enfermedad de Crohn, fibrosis quística, etc. “La deficiencia de vitamina E puede causar daños a los nervios y los músculos con pérdida de sensibilidad en los brazos y las piernas, pérdida de control del movimiento corporal, debilidad muscular y problemas de la visión. Otro signo de deficiencia es el debilitamiento del sistema inmunitario”, detallan los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos.
Alimentación saludable
La vitamina E suele obtenerse a través de una dieta balanceada. Naturalmente se encuentra en alimentos como las verduras de hojas verdes, frutos secos, semillas y aceites vegetales.
- Aceites de germen de trigo, girasol y cártamo.
- Los frutos secos (como maníes, avellanas y, en especial, almendras) y las semillas de girasol también se encuentran entre las mejores fuentes de vitamina E.
- Las hortalizas de hojas verdes, como la espinaca y el brócoli, contienen vitamina E.
- Ciertos cereales para el desayuno, jugos de fruta, margarinas y productos para untar, entre otros alimentos, son fortificados con vitamina E agregada. Es importante leer la etiqueta del producto para saber si un alimento contiene vitamina E.
Exceso de vitamina E
Consumir la vitamina E que está naturalmente en los alimentos no pone en riesgo la salud. Sin embargo, en suplemento ingerir altas dosis puede aumentar el riesgo de sangrado y de hemorragia grave en el cerebro.
Para evitar esto, es importante que antes de iniciar a consumir un suplemento se consulte a un médico, para recibir la asesoría adecuada. “El límite superior para los adultos es de 1,000 mg/día para los suplementos tanto de vitamina E natural como sintética. Esto equivale a 1,500 UI/día para los suplementos de vitamina E natural y 1,100 UI/día para los suplementos de vitamina E sintética”, indican los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos.