Muchas personas desconocen la función que desempeñan los nutrientes en su organismo y la importancia de mantenerlos en niveles suficientes. La deficiencia de vitaminas y minerales, por ejemplo, puede causar diversas afecciones, debilidad en los huesos, problemas en la piel y otra serie de molestias.
Lo anterior se debe a que cada nutriente interviene en procesos específicos que suceden en el interior del cuerpo, desde la formación del ADN hasta el mantenimiento de los músculos. No es por menos que se aconseja aumentar las cantidades de ciertos micronutrientes durante el embarazo.
Entre la familia de las vitaminas, una es bastante famosa por su importancia para conservar el buen estado de la piel, a su vez que propicia el bienestar general. Se trata de la vitamina E.
De acuerdo con la guía informativa de la Oficina de Suplementos Dietéticos, perteneciente a los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos, este nutriente cumple varias tareas en el organismo, especialmente la de funcionar como antioxidante, para mitigar el daño producido por los radicales libres.
Igualmente, la vitamina E es vital para el sistema inmunológico, debido a que favorece la estimulación de esta unidad del cuerpo para prevenir las enfermedades causadas por virus y bacterias, detallan desde el referido portal.
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“Las células también usan la vitamina E para interactuar entre sí. Les ayuda a llevar a cabo muchas funciones importantes”, agregan desde la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, Medline Plus.
Mientras que, como indica el sitio web de Mayo Clinic, la falta de este nutriente en el cuerpo puede tener serias consecuencias, indisponiendo el organismo y derivando en afecciones como la neuralgia, definida por Medline Plus, como un dolor agudo en un nervio.
Indudablemente, este micronutriente no se puede quedar por fuera de la dieta. Así como la gran mayoría de compuestos necesarios para el organismo, la vitamina E se puede obtener a través de la alimentación, siendo algunos ingredientes especialmente ricos en ella.
El más famoso de los alimentos asociados a la vitamina E es el aguacate. Según señala el portal Mejor con Salud, esta fruta también contiene ácidos grasos saludables, minerales y vitaminas de la familia de la B, esenciales para el rendimiento del cuerpo.
Los frutos secos, asimismo, sobresalen por ser fuente de diversos nutrientes, entre ellos la vitamina E. De acuerdo con el mencionado medio, las almendras, por mencionar algunos, son frutos secos con “mayor contenido de vitamina E y ácidos grasos saludables, como el omega-3″.
Al listado se suma un vegetal de hoja verde: la espinaca. Este alimento se caracteriza por tener una composición nutricional de gran valor, en la que figura la vitamina E. La entidad Mayo Clinic, además, afirma que se puede obtener este nutriente mediante la ingesta de aceite de canola, aceite de oliva, maníes y derivados lácteos.
¿Cuál es la cantidad de vitamina E que debe consumir una persona?
La cantidad sugerida de este nutriente varía dependiendo de la edad y las condiciones de salud de las personas. En este sentido, la guía informativa de la Oficina de Suplementos Dietéticos, perteneciente a los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos, detalla que la cantidad recomendada al día de esta vitamina es (se comparte las indicaciones textuales):
- Bebés menores de 6 meses de edad: 4 mg
- Bebés entre 7 y 12 meses de edad: 5 mg
- Niños entre 1 y 3 años de edad: 6 mg
- Niños entre 4 y 8 años de edad 7 mg
- Niños entre 9 y 13 años de edad 11 mg
- Adolescentes entre 14 y 18 años de edad 15 mg
- Adultos 15 mg
- Mujeres y adolescentes embarazadas 15 mg
- Mujeres y adolescentes en período de lactancia 19 mg
Antes de realizar cualquier cambio en la alimentación se propone consultarlo con el especialista de salud.