El aumento de peso está condicionado a varios factores, siendo los hábitos poco saludables el elemento más determinante. En ese orden de ideas, una alimentación rica en calorías, grasas y azúcares, acompañada por el sedentarismo, suele ser la principal causa para el desarrollo de la obesidad y el sobrepeso.

Según expone la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su sitio web, el sobrepeso y la obesidad se definen como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud.

“La causa fundamental del sobrepeso y la obesidad es un desequilibrio energético entre calorías consumidas y gastadas”, anota la fuente consultada. Así mismo, relaciona el fenómeno que ha surgido a nivel mundial: “un aumento en la ingesta de alimentos de alto contenido calórico que son ricos en grasa; y un descenso en la actividad física debido a la naturaleza cada vez más sedentaria de muchas formas de trabajo, los nuevos modos de transporte y la creciente urbanización”.

El aumento de peso también está asociado con los niveles de cortisol, una hormona con múltiples efectos en el organismo. De acuerdo con información de la enciclopedia médica MedlinePlus, algunos son:

  • Ayudar al cuerpo a responder al estrés (a veces al cortisol se le llama la “hormona del estrés”).
  • Reducir la inflamación.
  • Regular el nivel de azúcar en la sangre y el metabolismo, es decir, la manera en que el cuerpo utiliza la comida para obtener energía.
  • Controlar la presión arterial.
El cortisol también es conocido como la hormona del estrés y está asociado con la ganancia rápida de peso. | Foto: GettyImages

“El cortisol es producido por las glándulas suprarrenales, dos glándulas pequeñas que se encuentran encima de los riñones. (...) Si sus niveles de cortisol son demasiado altos o demasiado bajos, puede significar que usted tiene un trastorno de las glándulas suprarrenales, un problema con la glándula pituitaria o un tumor que produce cortisol”, anota el servicio de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.

El portal de salud y bienestar Tua Saúde sostiene que, cuando el cortisol está alto, “ya sea por la propia producción del cuerpo, debido a tumores o enfermedades, o por el uso prolongado de corticosteroides, provoca una afección conocida como síndrome de Cushing”.

MedlinePlus recoge los síntomas característicos de esta enfermedad:

  • Aumento de peso.
  • Piernas y brazos delgados.
  • Cara redonda.
  • Incremento de grasa alrededor de la base del cuello o entre los hombros.
  • Moretones fáciles de aparecer.
  • Rayas de color púrpura en el estómago, pechos, caderas y debajo de los brazos.
  • Debilidad muscular.
El aumento de peso es uno de los síntomas del síndrome de Cushing. | Foto: Peter Dazeley

¿Cómo bajar el cortisol alto?

Con el objetivo de prevenir complicaciones de salud a causa del cortisol elevado, es conveniente mantenerlo dentro de los niveles adecuados. Un examen de sangre u orina permitirá obtener un diagnóstico preciso.

En caso de que los niveles de cortisol resulten por encima de los límites normales, el profesional de la salud asignará el tratamiento más adecuado en función de las características de cada persona.

El Portal Mundo Deportivo comparte algunas recomendaciones para bajar el cortisol cuando este se encuentra demasiado elevado. En primer lugar, enfatiza la importancia de una alimentación saludable.

“Los alimentos ricos en fenilalanina, un aminoácido que estimula la dopamina, ayuda a reducir las ansias de comer alimentos con niveles altos de grasas y azúcares. Algunos de los alimentos que contienen esta sustancia son: huevos, arroz integral, brócoli, pollo, alcachofa y calabaza, entre otros”, resume el citado portal.

El consumo de ciertas vitaminas también podría ayudar en el proceso. Se trata de suplementos ‘antiestrés’, los cuales están asociados con la reducción en los niveles de cortisol.

La actividad física regular es una de las mejores herramientas para mantener bajo control los niveles de cortisol. | Foto: bekisha

Algunos ejemplos de estas vitaminas son:

  • Vitaminas de complejo B.
  • Vitamina C.
  • Minerales como calcio, magnesio, zinc y cromo.

Según resalta la fuente consultada, el consumo de estas vitaminas pueden ayudar a incrementar el gasto energético, quemar grasa y así reducir los niveles de cortisol.

Por supuesto, antes de poner en práctica cualquier tratamiento o iniciar el consumo de suplementos, es aconsejable consultar con un médico de confianza para contar con acompañamiento profesional.