Aunque los incendios en Australia no dan tregua y millones de animales aún sufren por culpa del fuego, el descenso en las temperaturas en ese país oceánico ha permitido que los bomberos y las autoridades trabajen para controlar la situación. Además de extinguir el fuego, una tarea difícil debido a los altos vientos, la otra tarea urgente es ayudar a los animales que han logrado salir con vida. Sobre todo, porque muchos de ellos tuvieron que salir de sus hábitats huyendo del fuego y hoy sufren de hambre y deshidratación porque no tienen cómo alimentarse y se ven expuestos a altas temperaturas.
Como explica el ministro de energía y medio ambiente Matt Kean, "muchos canguros y ualabíes logran sobrevivir al fuego, pero quedan desprovistos de alimentos naturales a medida que el fuego elimina la vegetación alrededor de su hábitat". En ese sentido, el gobierno local de Nueva Gales del Sur, uno de los seis estados que conforman Australia, decidió usar una novedosa estrategia para alimentarlos: Se trata de la operación Rocky Wallaby (llamada así, debido a que sus beneficiarios son sobre todo ualabíes), que consiste en lanzar 2.200 kilogramos de zanahorias y otras verduras desde aviones y helicópteros.
La estrategia ha sido todo un éxito, pues muchos animales han logrado alimentarse luego de varios días de hambre y sequía. Según Kean, la idea es monitorear y ayudar sobre todo a los animales que huyeron a zonas rocosas, de difícil acceso a pie. "Estamos también configurando cámaras para comprobar que los animales comen, así como para ver la cantidad y variedad de animales que han sobrevivido en cada zona", explicó.
La situación es grave, pues según el Fondo Mundial para la Naturaleza, en Australia ya han muerto 1.250 millones de animales a causa de los incendios.