“El zinc es un nutriente que las personas necesitan para estar sanas”, adelanta la Oficina de Suplementos Dietéticos (ODS, por sus siglas en inglés) de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos.
Este nutriente se encuentra en las células de todo el cuerpo y ayuda al sistema inmune a combatir bacterias y virus que invaden el organismo. La ODS explica que el cuerpo necesita zinc para poder fabricar proteínas y el ADN. “Durante el embarazo, la infancia y la niñez, el organismo requiere zinc para crecer y desarrollarse bien. El zinc también favorece la cicatrización de las heridas y el funcionamiento normal del sentido del gusto y el olfato”, agrega.
La cantidad diaria de zinc que necesita cada individuo varía acorde a la edad. En promedio, estas son las cantidades sugeridas: bebés hasta los seis meses de edad, dos miligramos (mg); bebés de siete a 12 meses, tres mg; niños de uno a tres años, tres mg; niños de cuatro a ocho años, cinco mg; niños de nueve a 13 años de edad, ocho mg; adolescentes (varones) de 14 a 18 años , 11 mg; adolescentes (niñas) de 14 a 18 años, nueve mg; adultos (hombres), 11 mg; adultos (mujeres), ocho mg; adolescentes embarazadas, 12 mg; mujeres embarazadas, 11 mg; adolescentes en período de lactancia, 13 mg, y mujeres en período de lactancia, 12 mg.
La entidad estadounidense explica que el zinc está presente en un sinnúmero de alimentos, entre ellos: ostras –la mejor fuente de zinc–, carnes rojas, carnes de ave, mariscos como cangrejo y langosta, y cereales para el desayuno fortificados, fríjoles, frutos secos, cereales integrales y productos lácteos.
La ODS explica que hay diferentes tipos de personas a las que se les dificulta obtener las cantidades de zinc. En primer lugar hace mención a las personas que se han practicado una cirugía gastrointestinal o las que sufren trastornos digestivos, como colitis ulcerosa o la enfermedad de Crohn. “Estas enfermedades pueden reducir la cantidad de zinc que absorbe el cuerpo e incrementar la pérdida de zinc en la orina”, dice.
Los vegetarianos son otro ejemplo, pues no ingieren carne, una buena fuente de zinc. “Además, los fríjoles y los cereales que suelen comer poseen ingredientes que impiden que el cuerpo absorba el zinc de forma completa. Por este motivo, los vegetarianos deberían consumir un 50 % más de zinc que las cantidades recomendadas”, señala la entidad de los NIH.
A las personas que consumen alcohol en exceso también se les dificulta obtener el zinc que requiere el organismo, pues las bebidas alcohólicas reducen la cantidad de zinc que absorbe el cuerpo e incrementan la pérdida de zinc en la orina. Las personas con anemia drepanocítica son otro ejemplo, pues podrían requerir más zinc.
La ODS agrega que los bebés mayores de seis meses que toman leche materna pueden tener dificultades a la hora de obtener zinc. “La cantidad de zinc que reciben de la leche materna no es suficiente para su edad. Los bebés mayores que no consumen leche artificial (fórmula) deben comer alimentos con zinc, como los purés de carne. Los bebés que toman leche artificial reciben suficiente zinc de las fórmulas para bebés”, dice.
La deficiencia de zinc en el organismo provoca una disminución en el ritmo de crecimiento de los bebés y niños, retrasa el desarrollo sexual en los adolescentes y causa impotencia en los hombres, según explica la entidad.
Sumado a lo anterior, la falta de zinc presente en el organismo también causa pérdida del cabello, diarrea, lesiones en los ojos y la piel y pérdida de apetito. “Además, puede provocar pérdida de peso, problemas de cicatrización de heridas, disminución del sentido del gusto y reducción de los niveles de concentración”, agrega.