Según el National Institute of Mental Health, el estrés “es la respuesta física o mental a una causa externa, como tener muchas tareas o padecer una enfermedad. Un estresor o factor estresante puede ser algo que ocurre una sola vez o a corto plazo, o puede suceder repetidamente durante mucho tiempo”.
Sin embargo, la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos (MedlinePlus) lo define como “un sentimiento de tensión física o emocional”, que puede ser una consecuencia de una frustración o una situación que produce nerviosismo, siendo positivo cuando colabora en el cumplimiento de un objetivo, o quizá, evita algún peligro. Sin embargo, cuando este sentimiento permanece es perjudicial para la salud.
Existen dos tipos de estrés: agudo y crónico. El primero se experimenta en situaciones de corto tiempo que no tienen mayor trascendencia, como practicar un ejercicio extremo. El segundo, permanece en un tiempo prolongado y es causado por problemas laborales o de dinero, entre otros.
Cabe mencionar que la ansiedad también altera el organismo y cuando se considera un trastorno suele afectar la cotidianidad de una persona -menciona la Clínica Mayo- porque siente que las preocupaciones y miedos excesivos lo abruman por mucho tiempo. La entidad señala que los síntomas de este trastorno pueden iniciar desde la infancia, adolescencia e incluso en la edad adulta.
Es entonces que los signos más comunes del estrés y la ansiedad pueden impactar de manera negativa la mente, provocando:
- Insomnio: El National Heart, Lung and Blood Institute explica que el insomnio “es un trastorno frecuente del sueño” que se expresa en la dificultad que tiene una persona para dormir. Asegura que existen dos tipos: el crónico, que no tiene explicación alguna; y el de corto plazo, que se asocia con el estrés.
- Dolores de cabeza: MedlinePlus menciona que los dolores de cabeza se asocian con las molestias que se perciben también en el cuello y en el cuero cabelludo, teniendo muchas causas, por lo que no se puede generalizar alguna en específico. Sin embargo, una dieta deficiente en vitaminas y minerales puede ser una de ellas.
- Presión arterial alta: La Clínica Mayo la describe como una “fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de tus arterias”, que puede traer complicaciones sobre el corazón.
De ahí que el centro especializado asegura que los siguientes hábitos pueden ayudar a contrarrestar y manejar el estrés:
- Las actividades físicas: No solo ayudan a fortalecer la estructura ósea o muscular del cuerpo, sino que contribuyen en la salud mental, combatiendo, a su vez, múltiples problemas, que pueden afectar la calidad de vida de una persona.
- La relación con familiares y amigos: Es fundamental, por lo que no solo reduce el estrés, sino combate otros problemas como la baja autoestima, por ejemplo.
Jugo de tomate y apio
Asimismo, Mejor con Salud señala que la siguiente bebida puede aliviar el estrés y relajar el cuerpo, porque la mezcla de perejil, tomate, lechuga y apio provocan una secreción de serotonina, sustancia que, según el Instituto Nacional del Cáncer (NCI), actúa como neurotransmisor y vasoconstrictor, colaborando en la calma y alivio del cuerpo.
Es de recordar que el tomate, también conocido como jitomate, es una fruta que se utiliza como vegetal y está compuesta de vitaminas A, C y K que actúan como antiinflamatorio. Lo mismo ocurre con el apio que, además, tiene un efecto hepatoprotector, asegura Tua Saúde.
Modo de preparación
- Licuar 3 hojas de lechugas, 2 tomates cortados, 2 hojas de perejil, 1 de apio junto con un vaso de agua.
- Cuando la mezcla sea homogénea, consumir.