En medio de toda rutina de skincare, tanto para hombres como para mujeres, no puede faltar la aplicación de protector solar. Este producto es de uso diario y debe ser empleado por todas las personas desde los seis meses de vida. Antes, las personas deben tener alejados a los menores de seis meses del sol y de sus rayos directos, empleando gorros, sombreros u otras alternativas para evitar el contacto directo con el sol.
El protector solar se debe aplicar incluso cuando no se va a salir de casa o cuando se vive en una ciudad de clima frío. Además, este producto debe acompañar a todos los viajeros cuando van a disfrutar de la piscina o la playa.
La recomendación es aplicarlo una hora antes de exponerse al sol o de meterse a la piscina o al mar. Luego de dos horas de haber estado expuesto al sol o en contacto con el agua, se debe hacer una reaplicación del producto. El uso del protector solar es crucial para prevenir el cáncer de piel.
Según datos de la Liga Colombiana contra el Cáncer, el cáncer de piel es una enfermedad que se encuentra en aumento a nivel mundial. Las cifras en el país se han contemplado como una preocupación en salud pública, de acuerdo con los datos estadísticos del año 2017 revelados por el Instituto Nacional de Cancerología.
“Se evidencia que el cáncer de piel continúa siendo la patología tumoral maligna con el mayor número de diagnósticos nuevos en esta institución, sumando 712 casos para el año reportado”, indica el Instituto.
Para poder escoger el mejor protector, es fundamental contar con la asesoría de un profesional en el tema, como lo es un dermatólogo, ya que el producto debe ajustarse al tipo de piel de cada paciente para evitar efectos adversos.
El factor de protección solar (SPF) debe ser preferiblemente de 50. Este protector solar suele ser el más recomendado, puesto que tiene una buena protección que no solo previene y evita el cáncer de piel, sino que previene el envejecimiento prematuro y a aparición de manchas.
Otro dato relevante que se debe observar en la etiqueta del producto es la protección contra los rayos ultravioleta de tipo A y B (UVA y UVB).
Cada una de estas protecciones cumple una función específica, explica el portal de salud, belleza y cuidado personal Tua Sáude. La protección UVB cuida la piel de las quemaduras solares, mientras que la protección UVA previene el envejecimiento prematuro y el cáncer de piel.
Hoy es frecuente encontrar varios productos cosméticos como cremas y maquillaje que contienen protector solar. Estos puede ser aliados para proteger aún más la piel; sin embargo, no cumplen las mismas funciones que un protector solar ni lo sustituyen.
El protector solar se debe aplicar en las mañanas, luego de haber limpiado la piel con un tónico facial o agua micelar. Posteriormente, se puede aplicar el contorno de ojos, la crema hidratante y luego el protector solar, en medio de una rutina diaria que no suponga ir a la playa o la piscina.
Este producto se debe aplicar en otras zonas que van a estar expuesta al contacto con el sol, como el cuello, los brazos y las manos. Cuando se va a acudir a la playa o la piscina se recomienda reaplicar el producto por todo el cuerpo una hora antes de la exposición al sol o del contacto con el agua.