Una adicción es una enfermedad crónica y recurrente que se presenta en el cerebro y que, generalmente, se basa en la búsqueda de algún tipo de placer o de sensación de alivio a través del consumo de alguna sustancia o de alguna conducta en específico.
De acuerdo con el portal Topdoctors, el desarrollo de esta conducta implica para la persona adulta una incapacidad de controlarlo. También dificultad para abstenerse, deseo de seguir consumiendo y disminución del reconocimiento de un problema real.
Entre algunas de las adicciones que una persona puede presentar está la ninfomanía, las apuestas, adicción a videojuegos, a drogas o alcohol y hasta al celular.
Aunque en algún momento las adicciones pueden hacerse evidentes, lo cierto es que en etapas tempranas puede ser invisible. Por ello, aquí le contamos 6 señales que se pueden notar en un adicto.
Cuatro señales de que una persona tiene una fuerte adicción
Diferentes instituciones académicas y médicas han hecho diferentes advertencias sobre las señales que un adicto muestra antes de que su dependencia pueda empeorar.
- Una de las primeras señales son los pensamientos recurrentes sobre la adicción y que no desaparecen fácilmente. Por ejemplo, quiere fumarse un cigarrillo, jugar las cartas o alguna otra actividad para saciar su deseo. Esa situación va acompañada de un episodio de ansiedad, nerviosismo o sensación de desesperación.
- Otra señal muy evidente es que el adicto empieza a inventar cualquier excusa para mantener su comportamiento adictivo. Se hacen populares frases como “eso uno solo nomás” o “solo son cinco minutos”. El portal de la Universidad de la Sábana asegura que los adictos también justifican su comportamiento, asegurando que la adicción los está haciendo más feliz o porque se sienten tristes y quieren contrarrestar ese sentimiento.
- El adicto también empieza a mantener comportamientos que lo empiezan a aislar de su círculo social. Deja de disfrutar momentos con seres queridos y solo busca ceder ante el comportamiento adictivo. Esto va acompañado de conflictos con amigos, familia o pareja, por un comportamiento anormal. El adicto puede irritarse con facilidad y más en periodos de abstinencia.
- El deterioro en el estado de salud también hace más evidente una adicción. Esto sucede debido a los hábitos de consumo y el estilo de vida que tiene un adicto. Entre los signos evidentes está el cansancio, palidez, adelgazamiento y cambios en los hábitos de cuidado personal.
Este es el número de horas de uso de un adicto al teléfono, según los expertos
Con el tiempo, los smartphones se han encargado de transformar nuestro estilo de vida. Estos dispositivos tecnológicos son parte esencial del día a día de cada persona, pese a que nos ofrecen conectividad para mantenernos en constante comunicación con nuestro entorno social, interactuar con amigos, familia y pareja, e informarnos; además, allí almacenamos todo tipo de datos de nuestra vida profesional y personal.
Sin embargo, a pesar de sus múltiples beneficios, hay que ser conscientes de los efectos negativos que el mal uso de estos aparatos tecnológicos genera en nuestra salud física y mental, como, por ejemplo, la nomofobia.
La nomofobia se define como el miedo a no estar en contacto con el móvil, es decir, ‘adicción al celular’, un tipo de trastorno mental que afecta gravemente diferentes aspectos de vida de las personas como el trabajo, el estudio y sus relaciones interpersonales.
Aunque no parezca, la dependencia al celular es más común de lo que se cree, pues tenemos la información y la comunicación a un solo clic haciendo que nuestra vida sea mucho más práctica.
Muchos expertos en psicología y psiquiatría afirman que la adicción al celular repercute negativamente en las relaciones e interacciones entre las personas, reduciendo así su capacidad de concentración y generando un aislamiento del mundo físico.
Esta necesidad de vivir conectados se le atribuye principalmente a las redes sociales, debido a que son el principal canal de comunicación entre los internautas. Especialmente, se ha notado una creciente de esta problemática en las generaciones más jóvenes que se rigen por las tendencias que circulan en internet.
Tradicionalmente, lo primero que hacemos al despertar es agarrar el celular para verificar si tenemos algún mensaje, llamada o si ha surgido alguna novedad; lo mismo sucede en la noche antes de dormir, dejando el celular bajo la almohada o muy cerca de nuestra cama, una práctica nada beneficiosa para el organismo.