Mantener una piel con luminosidad, con pocas arrugas y que refleje una menor edad, no es un resultado atribuible solo a productos químicos; de hecho, hay personas que prefieren tratamientos naturales como las mascarillas con ingredientes que generalmente están en casa.
Sin embargo, para tener ese cutis ‘deseado’ también son necesarios mejores hábitos. Respecto a lo anterior, la alimentación tiene un papel crucial al entregarle al cuerpo los nutrientes que necesita; de esta forma, su absorción se verá reflejada tanto interna como físicamente. La ingesta regular de líquido es elemental no solo para un equilibrio corporal sino por los múltiples efectos que posee.
De acuerdo con el portal Cuídate Plus, la hidratación ayuda a fortalecer la elasticidad en la piel, así como su consecuente suavidad. El solo contacto con el agua potencia los estímulos sobre la piel, aportando a un aspecto mucho más terso y luminoso sin necesidad de arriesgarla a procedimientos que puedan maltratarla (sobre todo cuando se cae en manos de inexpertos).
Asimismo, el portal La Verdad Noticias, indica que el sérum de laurel es un gran aliado para que la piel se vea más joven. Esta planta se caracteriza por estimular la producción de colágeno, el cual es el encargado de dar firmeza en la piel, pero que se va perdiendo de manera natural con el paso de los años.
Esta planta contiene antioxidantes que neutralizan los radicales libres, es decir que previene la aparición de arrugas profundas, líneas de expresión y manchas.
¿Cómo preparar el sérum de laurel?
Es importante mencionar que antes de implementar el laurel como método para rejuvenecer la piel, se debe consultar con un profesional de la salud, para evitar cualquier contratiempo.
Ingredientes:
- 12 hojas de laurel.
- Una cucharada de clavo.
- 200 ml de aceite de oliva extra virgen.
- Una cucharada de aceite de almendras.
- 2 cápsulas de vitamina E.
Preparación:
- Cortar en trozos las hojas de laurel.
- Colocarlas en la licuadora para hacerlas polvo.
- Verter el polvo de laurel en un frasco de vidrio pequeño.
- Moler la cucharada de clavo y agregar el frasco con las hojas de laurel.
- Agregar los 200 ml de aceite de oliva extra virgen y calentar durante 25 minutos.
- Con una coladora, verte el aceite de laurel en otro recipiente y agregar la cuchara de almendras y las cápsulas de vitamina E.
- Posteriormente, revolver todo.
Modo de uso:
- Aplicar el sérum todas las noches.
- En la mañana siguiente, enjuagar con agua tibia y jabón.
¿Cómo hacer colágeno natural?
El portal Panorama Web da cuenta de una manera rápida y práctica de preparar el colágeno y conseguir el efecto de piel ‘porcelana’. Los resultados están encaminados a reducir las arrugas tanto del rostro como el cuello, siendo la cebolla morada el ingrediente básico a emplear en este tratamiento natural.
La parte importante de esta será su cáscara; ya que, de acuerdo a lo reseñado por ese sitio web, tiene un potencial antioxidante y antiinflamatorio. El objetivo al tener constancia con esta mezcla es lucir un poco más joven y con mayor firmeza. Otros elementos necesarios son: una cucharada de linaza, la misma cantidad de almidón, aceite de linaza y agua de rosas; además se requieren máximo siete gotas de aceite de jazmín, 150 mililitros de leche y 250 solo de agua.
¿Cómo se debe aplicar?
Panorama Web compiló en cinco los pasos a seguir, siendo el primero combinar las semillas de linaza con las cáscaras de cebolla y el agua. Estos tres se ponen a fuego lento por aproximadamente diez minutos y, cuando la mezcla haya enfriado, se traslada ese contenido a otro recipiente con ayuda de un colador.
Posteriormente, se adiciona el almidón junto a la leche en otra taza y se pone a calentar hasta observar su aspecto espeso. La siguiente fase es colocar dos cucharadas de esta última combinación a la primera (de cebolla) y mezclar.
Finalmente, se adicionan los ingredientes restantes (agua de rosas, jazmín y aceite de linaza). Este colágeno es recomendable aplicar en las noches tanto en rostro como cuello y dejar actuar durante 45 minutos, siempre asegurándose que la piel se haya lavado antes correctamente.