El ser humano presenta una estructura especial en las terminaciones de sus extremidades, tanto en las manos como los pies. Se trata de las uñas, formaciones convexas de piel localizadas en las regiones distales de los dedos.
Las uñas están compuestas principalmente por células muertas endurecidas que contienen queratina, una proteína fibrosa que el cuerpo produce naturalmente.
En el campo del cuidado personal, mantener unas uñas ‘bonitas’ se ha convertido en prioridad para muchas personas. Esta dinámica incluye tanto elementos estéticos, centrándose en la apariencia, como detalles más complejos para dotar dichas estructuras con sustancias que les permitan estar fuertes.
Un defecto común que afecta a las uñas es cuando se tornan quebradizas o aparecen pequeños huecos en la estructura. Pues bien, la apariencia natural de las uñas se caracteriza por una textura lisa y color uniforme, de tal manera que evidenciar cualquier alteración supone que algo no anda bien.
La enciclopedia médica MedlinePlus recoge que los cambios en la decoloración de las uñas y cambios en el crecimiento pueden significar algunas enfermedades, por ejemplo: pulmonar, cardíaca, renal, hepática, diabetes y anemia.
En tal virtud, es recomendable acudir a un profesional de la salud si las uñas comienzan a evidenciar una textura y coloración extraña. Los estudios clínicos permitirán establecer un diagnóstico preciso y así avanzar con el tratamiento pertinente.
Puntualmente sobre los huecos en las uñas, el portal Salud 180 menciona que pueden surgir a raíz de diversos factores. Algunas de las causas más comunes incluyen:
- Psoriasis.
- Deficiencia de Zinc.
- Alopecia areata.
- Trastorno del tejido conectivo.
Pero estos no son los únicos escenarios que pueden provocar esa extraña fragmentación en las uñas. Estas estructuras también están expuestas a múltiples afecciones, por ejemplo:
- Tumores en las uñas.
- Hongos y onicomicosis.
- Enfermedad de uñas frágiles.
- Uña en pinza.
- Enfermedades dermatológicas.
- Envejecimiento de la uña.
- Deshidratación.
- Alimentación inadecuada.
- Falta de vitaminas y minerales.
- Trastornos congénitos.
- Uso de esmaltes o endurecedores agresivos.
- Morder las uñas.
- Una inadecuada manicura o pedicura.
- Microtraumatismos.
Teniendo en cuenta las múltiples causas que pueden provocar la aparición de huecos o grietas en las uñas, un diagnóstico preciso es esencial para proceder con el tratamiento.
Como es usual, la medicina alternativa presenta múltiples opciones para eliminar las grietas en las uñas, sin embargo, al igual que sucede con los remedios caseros en general, no cuentan con respaldo científico.
La revista Mejor con salud comparte algunos tratamientos naturales para reparar las uñas frente a la aparición de huecos o pequeñas grietas. No obstante, se trata de soluciones para casos simples, es decir, que no correspondan a causas complejas.
1. Aceite de oliva: dar un masaje a las uñas y cutícula usando aceite de oliva. Este ingrediente hidratará las uñas y las ayudará a crecer uniformemente.
Para su preparación y aplicación, se debe incorporar en un recipiente pequeño una cantidad suficiente de aceite para cubrir todas las uñas. Luego, seguir el siguiente proceso:
- Remojar las uñas en el aceite durante 10 minutos.
- Secar los dedos y masajear las uñas.
- Realizar el tratamiento en las noches, antes de dormir, dos o tres veces por semana.
2. Ajo y limón: este tratamiento no solo podría ayudar a mejorar la estructura de la uña, sino que también contribuye a prevenir la aparición de hongos e infecciones.
Para este remedio casero se necesita un diente de ajo triturado, el jugo de un limón y una taza de agua caliente.
Procedimiento:
- En un recipiente pequeño, agregar el agua y ponerla a hervir junto con el diente de ajo.
- Una vez alcance su punto de ebullición, retirar del fuego y esperar a que se enfríe. Cuando alcance la temperatura deseada, mezclar con el jugo del limón.
- Con ayuda de un algodón, aplicar un poco de la mezcla sobre la uña. Dejar reposar durante toda la noche.
Antes de aplicar este tratamiento, es clave verificar que no haya pequeñas heridas en el dedo, pues el contacto con la acidez del limón podría resultar incómodo.