Un niño de 12 años llamado Camilo Andrés Roa, junto a su abuelo Gonzalo Roa Hérnandez, descubrieron un fósil de la era cuaternaria en la vereda Agualinda, en Norte de Santander. Se trata de un colmillo de un mastodonte
El colmillo, que tiene una longitud de 1,86 metros, fue hallado en una quebrada llamada La Ciénaga, en momentos en que el menor y su abuelo iban tras unas cabras.
De acuerdo con el diario local La Opinión, en un principio el niño y su familiar pensaron que lo hallado era una piedra o un poste de energía, pero al observarlo detenidamente lograron constatar que se trataba de algo que se asemejaba a un hueso.
Una vez le informaron a expertos en arqueología sobre este impresionante hallazgo, determinaron que se trataba del colmillo de un haplamastodon, un mastodonte americano, y el fósil fue llevado al Museo Arqueológico y Paleontológico de Agualinda.
“Nosotros vimos una punta y yo le dije: no, no, eso es un hueso. Me llené de emoción y de una vez me surgió la idea de contarle a la presidenta –de la JAC- para que los sacaran”, dijo el niño al medio citado anteriormente.
Emocionado, el menor también indicó que jamás había visto un fósil en tierra.
“Hace tiempo lo vimos y le avisamos a la presidenta de la Junta, quien en ese momento se había sometido a una operación. El niño me decía: vamos nosotros y lo sacamos, pero no nos atrevimos porque no sabíamos cómo sacar eso. Hasta que finalmente este domingo una grupo de vecinos fue a traerlo”, agregó el abuelo a La Opinión
En el museo a donde fue llevado el colmillo del mastodonte también hay piezas de gran valor, como fósiles de conchas marinas, molusco marino y megaterio. De hecho, Saddy Molina, fundador del Museo Arqueológico y Paleontológico de Agualinda, recalcó que Norte de Santander es una de las regiones de mayor riqueza arqueológica en Colombia.
Entre tanto, Emilgen Quiroga, presidenta de la Junta de Acción Comunal, recordó que la vereda Agualinda es reconocida como bien de interés cultural de carácter departamental, según quedó establecido en el Decreto 1044 del 31 de diciembre de 2003.
No obstante, tanto Quiroga como Molina manifestaron que se hace necesario más apoyo para preservar está reconocida zona de hallazgos arqueológicos, así como para realizar mejoras al museo.
Vale destacar que en septiembre del año pasado, cuando realizaban operativos de control y vigilancia en una excavación minera en Irra, corregimiento de Quinchía (Risaralda), funcionarios de la Corporación Autónoma Regional de Risaralda (Carder) también se encontraron con una noticia sin precedentes: mineros que buscaban oro de forma artesanal hallaron una importante cantidad de restos fósiles cuando excavaban a unos 20 metros de profundidad.
Los mineros narraron que hacían su labor cotidiana cuando encontraron unos sedimentos, materiales diferentes a los habituales, y posteriormente se percataron de que eran huesos.
“Hubo como un desprendimiento de la tierra, pero poquito, y ahí cayó el primer hueso. Entonces detrás de ese nos fuimos y sacamos los que ya ustedes han visto”, manifestó Fernando Tabariquino, uno de los mineros.
Al realizarse el hallazgo, la actividad minera en ese momento fue suspendida. El director de Carder, Julio César Gómez Salazar, se trasladó al lugar con expertos del laboratorio de ecología histórica y patrimonio cultural para corroborar la magnitud del descubrimiento.
“Ya al observar estos restos vemos que corresponderían a los huesos de un mastodonte. El mastodonte es un proboscidio, es decir un primo hermano de los elefantes actuales pero es un animal que se extinguió hace unos 10.000 años en esta zona del norte de Suramérica”, dijo en aquel momento el profesor de la UTP, Carlos Eduardo López Castaño, director del laboratorio de ecología histórica y patrimonio cultural.