La rodilla es una articulación compleja y cumple un papel importante en el soporte del peso al estar de pie. Algunos movimientos pueden dañarla y otros mejoran la forma su condición física. Por lo tanto, hay que tener en mente el uso que se les da a las rodillas.

En primer lugar, es una de las articulaciones con mayor riesgo de lesionarse. Es importante comprender su función y los mecanismos involucrados, tanto en la extensión como en la flexión, para prevenir lesiones y dolor. Por lo anterior, hay que evitar movimientos que son muy perjudiciales para esta articulación, específicamente aquellos que tensan la articulación.

Generalmente, cuando el cartílago presenta alguna anomalía por desgaste, lesión o cualquier otro factor, el síntoma común es dolor en la articulación, por eso es importante consultar con un profesional de la salud, porque muchas pueden ser las variables asociadas, como una sobrecarga o lesión.

En palabras de la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos (MedlinePlus), el cartílago “es el tejido firme, pero flexible, que cubre los extremos de los huesos en una articulación”. Sin embargo, también se relaciona con otras partes del cuerpo como la nariz y las orejas, por ejemplo.

Las rodillas son las articulaciones más grandes del cuerpo. | Foto: Getty Images

Tener sobrepeso u obesidad aumenta la exigencia sobre las articulaciones de las rodillas, incluso durante actividades comunes, como caminar o subir y bajar escaleras. Además, aumenta el riesgo de osteoartritis, ya que acelera la ruptura del cartílago articular.

A lo anterior se suma el mantener una dieta rica en frutas, verduras y alimentos que favorezcan la salud del cuerpo, ¿por qué? Resulta que muchos de estos productos están compuestos de minerales, vitaminas y fibras que pueden tener un efecto positivo sobre los cartílagos como la vitamina C.

La vitamina C le ofrece diversos beneficios al organismo. | Foto: Getty Images

Mundo Deportivo menciona que es un nutriente que el cuerpo necesita, puesto que participa en la producción de colágeno e inclusive fortaleciendo el sistema inmune, por lo que puede ayudar a actuar sobre la reparación del cartílago o reducir el riesgo de que se desgaste, sin que necesariamente cure a quienes ya tienen un diagnóstico de osteoartritis, por ejemplo.

Por tanto, frutas como la piña, la mandarina, el tomate, el melocotón, la cebolla, entre otros alimentos, se caracterizan por estar compuestas de vitamina C.

Una alimentación saludable ayuda en la producción de colágeno e inclusive fortaleciendo el sistema inmune. | Foto: GettyImages

Otro compuesto natural que puede beneficiar los cartílagos y su proceso de restauración es la vitamina D, que de acuerdo con la Clínica Mayo, es importante para el cuerpo porque participa en la formación y el bienestar de los huesos, y, por ende, los cartílagos. Su importancia radica en que el cuerpo solo absorbe calcio si este nutriente está presente.

Por último, el colágeno es esencial para el cuerpo porque es una proteína que le da firmeza y elasticidad, que no solo se relaciona con los signos de la edad, sino cuya participación es fundamental en la formación de tendones y cartílagos, añade Tua Saúde.

El dolor de rodilla es uno de los más recurrentes no solo en la vejez, sino a lo largo de la vida. | Foto: Getty Images

De ahí que Mundo Deportivo señale que, ante un desgaste de cartílago, el colágeno puede ser ideal para aliviar los síntomas, por la función que cumple dentro del cuerpo.

De hecho, aconseja por lo menos consumir al día 10 gramos de colágeno, que generalmente se encuentra en alimentos como la gelatina, el pollo o la carne. Sin embargo, se recomienda consultar con un profesional de la salud para recibir un tratamiento adecuado.

No obstante, es fundamental consultar a un médico cuando no se pueda soportar peso en la rodilla o se sienta como si la rodilla estuviese inestable o por salirse; cuando se tenga una marcada hinchazón en la rodilla; cuando no se pueda extender o flexionar completamente la rodilla; cuando se vea una deformidad evidente en la pierna o la rodilla; cuando se tenga fiebre, además de enrojecimiento, dolor e hinchazón en la rodilla, y cuando se tenga dolor fuerte en la rodilla que se relaciona con una lesión.