Mantener un estilo de vida saludable en la etapa de la adolescencia y en los inicios de la adultez es de vital importancia para reducir el riesgo de padecer, en otros momentos de la vida, enfermedades graves que puedan interferir en el desarrollo de las actividades diarias o que incluso, puedan llegar a causar la muerte.

Es importante hacer hincapié que a medida de que se acerca la vejez y llega la misma, el ser humano va presentando una serie de cambios debido a los daños celulares y moleculares que se acumulan con el paso del tiempo. El envejecimiento inicia como tal a los 60 años.

Por ejemplo, el ser humano, con la llegada de la vejez, puede presentar una disminución de su estatura, de su peso corporal y de la masa muscular. Además, pierde la elasticidad de la piel, lo cual termina generando la aparición de las arrugas. Las canas también empiezan a aparecer.

Vejez. | Foto: Copyright Dazeley

De igual manera, es necesario destacar que entre las enfermedades que pueden atacar cuando llega la vejez resaltan el Alzheimer, el Parkinson, la diabetes, la obesidad, la degeneración macular relacionada con la edad, la artritis, la osteoporosis, entre otras más.

Cabe mencionar que estas enfermedades pueden aparecer dependiendo de la persona. Si un individuo mantuvo un estilo de vida saludable antes de la vejez, es probable que los achaques de esta etapa de la vida sean muy mínimos.

Por eso, es de vital importancia mantener costumbres positivas. Precisamente, sobre ello, el portal web Clarín Internacional hace referencia a los hábitos que se deben cambiar a los 30 años porque pueden generar graves consecuencias. Estos son:

1. Jugar fútbol una vez a la semana. “Esta actividad se puede realizar siempre y cuando se acompañe con algún entrenamiento que ayude con la tonificación y fortalecimiento muscular. Se debe cuidar la actividad física para evitar lesiones, ya que, con la edad, pueden ser más graves o demorar más tiempo en curarse. El hacer ejercicio semanalmente hace que el cuerpo esté en mejores condiciones para poder realizar actividades físicas”, indica.

Ejercicio de estiramiento. | Foto: Tara Moore

2. Dejar de fumar. Fumar es un hábito negativo que no se debe realizar en ningún momento de la vida, pero si ya se tiene, es de gran importancia eliminarlo a partir de los 30 años, pues los problemas de salud que esto puede ocasionar son muy graves. Uno de los más comunes es el surgimiento del cáncer de pulmón, el cual puede llevar a la muerte.

3. Acostarse tarde. “Cuando se llega a los 30 años, trasnochar tiene mayores consecuencias que como cuando se era más joven, por eso se recomienda tener un buen hábito de sueño. Medline Plus destaca que el dormir le brinda tiempo al cerebro para poder recuperarse del estrés del día”.

4. Dejar el sedentarismo. El sedentarismo es un hábito que le puede producir graves consecuencias a cualquier persona. Por eso, hacer ejercicio de forma regular, como mínimo tres veces a la semana, después de los 30 años, ayuda a mejorar la salud ósea y muscular. Además, el sistema inmune y cardiovascular también se ven muy beneficiados.

5. Evitar la comida rápida. “Los alimentos que contienen altos niveles de grasa, como la comida chatarra, si son consumidos con frecuencia pueden generar estragos en el organismo. Uno de los hábitos que se debe adquirir es una alimentación balanceada, y consumir este tipo de comidas rápidas esporádicamente”.

Comida rápida. | Foto: SEMANA

6. Cocinar a menudo. Cocinar con regularidad ayuda a evitar el consumo de alimentos poco saludables. Este hábito, después de los 30 años, puede ayudar a elegir opciones sanas y que le aporten beneficios al organismo.