El sueño es un componente vital para la salud y bienestar general. Recibir la cantidad adecuada de sueño es crucial para mantener un funcionamiento óptimo del cuerpo y la mente. Sin embargo, en ocasiones, nos vemos privados de dormir las 8 horas recomendadas.

Consecuencias de no dormir ocho horas diarias

Deterioro Cognitivo y Rendimiento Mental

El portal Medline Plus destacó que “la falta de sueño adecuado puede tener un impacto significativo en nuestro rendimiento mental y cognitivo”. De acuerdo con los expertos, la privación del sueño puede afectar la concentración, el enfoque, la memoria y la toma de decisiones. Además, la falta de sueño puede dificultar el aprendizaje y la retención de información, lo que puede tener un impacto negativo en el desempeño académico o profesional.

Los expertos han advertido que entre las causas para la aparición de ojeras se encuentran cansancio, insomnio e incluso una enfermedad. | Foto: Getty Images

Aumento del Riesgo de Enfermedades Crónicas

La falta de sueño también se ha asociado con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades crónicas. Los expertos advierten que la privación crónica del sueño puede aumentar la probabilidad de desarrollar condiciones como la obesidad, la diabetes tipo 2, las enfermedades cardiovasculares y la hipertensión. Esto se debe a que la falta de sueño puede afectar negativamente los niveles de hormonas relacionadas con el metabolismo y el equilibrio energético.

Impacto en el Sistema Inmunológico

El sueño juega un papel crucial en el funcionamiento del sistema inmunológico. La falta de sueño adecuado puede debilitar el sistema inmunológico y aumentar la susceptibilidad a enfermedades virales y bacterianas. Además, la recuperación de enfermedades puede llevar más tiempo en personas que no duermen lo suficiente.

Cambios en el Estado de Ánimo y la Salud Mental

La falta de sueño también puede afectar nuestro estado de ánimo y la salud mental. El portal marca.com explicó que “la privación del sueño puede contribuir al desarrollo de trastornos del estado de ánimo, como la depresión y la ansiedad”. Además, la falta de sueño puede exacerbar los síntomas de condiciones preexistentes, como el trastorno bipolar. Una buena noche de sueño es vital para mantener una salud mental equilibrada y un estado de ánimo estable.

¿Cómo dormir mejor?

Usted puede tomar medidas para mejorar sus hábitos de sueño. En primer lugar, debe asegurarse de que tenga suficiente tiempo para dormir. Con dormir lo suficiente cada noche, puede sentirse mejor y más productivo durante el día.

No dormir bien puede ocasionar cambios en el estado de ánimo. | Foto: SIphotography

Para mejorar sus hábitos de sueño, también puede ayudar:

  • Irse a la cama y despertar a la misma hora todos los días
  • Evitar la cafeína, especialmente por la tarde y noche
  • Evitar la nicotina
  • Hacer ejercicio con regularidad, pero no demasiado tarde
  • Evitar las bebidas alcohólicas antes de acostarse
  • Evitar comidas y bebidas pesadas por la noche
Hacer ejercicio puede mejorar el estado de ánimo. | Foto: Getty Images
  • No tomar siestas después de las 3 de la tarde
  • Relajarse antes de acostarse, por ejemplo, tomando un baño, leyendo o escuchando música suave
  • Mantener su dormitorio con una temperatura fresca
  • Deshacerse de distracciones como ruidos, luces brillantes y el televisor o computadora en el dormitorio. Además, no se sienta tentado de usar su teléfono o tableta justo antes de acostarse
  • Obtener suficiente sol durante el día
  • No se acueste en la cama despierto. Si no puede dormir por 20 minutos, levántese y haga algo relajante
  • Consulte a un médico si tiene problemas constantes para dormir. Usted puede tener un trastorno del sueño, como insomnio o apnea del sueño. En algunos casos, su médico puede sugerir usar medicamentos para dormir disponibles con o sin receta médica. En otros casos, puede solicitar un estudio del sueño para diagnosticar el problema.

En definitiva, dormir las 8 horas diarias es esencial para mantener nuestra salud y bienestar. La falta de sueño adecuado puede tener una serie de efectos negativos en el rendimiento cognitivo, aumentar el riesgo de enfermedades crónicas, debilitar el sistema inmunológico, afectar la salud mental y el estado de ánimo, y afectar el funcionamiento diario. Es importante priorizar el sueño y adoptar hábitos saludables para asegurar que recibamos la cantidad adecuada de descanso.