El Alzheimer, conocido como una enfermedad típica de la edad avanzada, también puede afectar a personas más jóvenes. Se le denomina “Alzheimer de inicio temprano” y afecta a individuos menores de 65 años, siendo una forma poco común de demencia. De acuerdo con el portal Mayo Clinic, aproximadamente, entre el 5 % y el 6 % de las personas con alzhéimer presentan síntomas antes de los 65 años, lo que representa a unas 300,000 a 360,000 personas con esta forma temprana de la enfermedad en Estados Unidos. Esta condición comienza a manifestarse en la mayoría de los casos entre los 30 y los 60 años.
La causa exacta de esta forma temprana de Alzheimer aún no se comprende completamente. En la mayoría de los casos, no está relacionada con una única mutación genética. Sin embargo, según indica el Portal Alzheimer’s Association, en menor frecuencia, puede ser resultado de mutaciones en tres genes específicos (APP, PSEN1 o PSEN2) que pueden heredarse en la familia. Tener antecedentes familiares de esta forma de Alzheimer puede ser una pista que sugiere estos cambios genéticos. Aunque no todas las personas con antecedentes familiares desarrollarán la enfermedad de Alzheimer de inicio temprano, ya que también puede ocurrir por otras causas.
Es importante destacar que existen pruebas genéticas para detectar estas mutaciones, pero se recomienda solicitar consejería genética antes de realizarse las pruebas, para comprender las ventajas y desventajas. Como indica el portal Mayo Clinic, por ejemplo, un resultado positivo puede afectar la elegibilidad para el seguro de cuidado a largo plazo, discapacidad y vida. Por otro lado, si se conoce que se es portador de una forma de los genes de inicio temprano, se pueden tomar medidas para enfrentar los efectos de la enfermedad y participar en estudios de investigación para aprender más sobre sus causas y progresión, así como desarrollar nuevos tratamientos.
El diagnóstico temprano del alzhéimer de inicio temprano no es sencillo, ya que la enfermedad se desarrolla de manera lenta y gradual, y sus signos pueden ser confundidos con el envejecimiento normal del cerebro. Sin embargo, prestar atención a ciertos detalles puede ayudar a reconocer esta etapa temprana. Algunas señales de advertencia que explica el portal Cuideo incluyen:
- Olvido de información recién aprendida: Dificultad para recordar fechas o eventos importantes, o repetir preguntas e información.
- Dificultad para planificar o resolver problemas: Dificultad para desarrollar planes o trabajar con números.
- Dificultad para desempeñar tareas habituales: Dificultad para completar tareas cotidianas o recordar reglas de juegos conocidos.
- Desorientación de tiempo y lugar: Confusión sobre días de la semana, estaciones, paso del tiempo y ubicación actual.
- Dificultad para comprender imágenes visuales: Problemas para leer, juzgar distancias y determinar colores o contrastes.
- Problemas con el habla: Dificultad para encontrar palabras adecuadas al hablar y participar en conversaciones.
- Pérdida de objetos personales: Colocar objetos en lugares extraños y olvidar dónde están.
- Problemas de discernimiento o de juicio: Cambios en la toma de decisiones y juicio.
- Pérdida de iniciativa: Evitar actividades sociales, pasatiempos o proyectos en el trabajo.
- Cambios de humor o en la personalidad: Cambios repentinos en el estado de ánimo y personalidad [Portal Cuideo].
Según el NIH - National Institute on Aging, el alzhéimer de inicio temprano representa menos del 10% de todas las personas con Alzheimer y se asocia a cambios genéticos en tres genes específicos. Además, factores de salud, ambientales y de estilo de vida también pueden influir en el desarrollo de la enfermedad, como condiciones vasculares y metabólicas, buena alimentación, actividad física y actividades mentalmente estimulantes.
Si bien el Alzheimer es más conocido en su forma tardía, el reconocimiento y diagnóstico temprano del Alzheimer de inicio temprano es esencial para proporcionar un tratamiento y seguimiento adecuados. En casos de sospecha, es fundamental acudir a un neurólogo para una evaluación y orientación médica. La investigación continúa para comprender mejor esta forma temprana de la enfermedad y desarrollar nuevas estrategias de tratamiento y prevención.