La mayoría cree que aquellos que han logrado que han logrado el éxito nacieron con estrella y estaban destinados a brillar. Pero expertos como Matthew Syed, autor de Black Box Thinking, han encontrado que todas las historias de triunfo tienen detrás varios tropiezos y reveses.A pesar de esta realidad, la palabra fracaso se ha convertido en el coco. Ningún padre quiere hoy ver a sus hijos sufrir porque perdieron un examen, y en los colegios dan medallas deportivas tanto a ganadores como perdedores para no lesionar su autoestima. “Se está subestimando que dejarlos fracasar es una importante fase en el proceso de ser exitosos”, dice el profesor Marc Smith, miembro de la sociedad de psicología del Reino Unido. En el ambiente laboral también se evita fallar a toda costa. Syed menciona el ejemplo de los cirujanos. “Su percibida infalibilidad es contraproducente porque si no pueden admitir un error, lo seguirán cometiendo”, dice.Incluso si se trata de mentes geniales como la de Albert Einstein, para tener éxito no solo se requieren el tiempo y el esfuerzo. “Muy pocas personas son genios precoces como Mozart, y los prodigios muchas veces no alcanzan la fama”, dice Seth Fiegerman, un bloguero especializado en el tema. Por eso los expertos señalan que la sociedad necesita cambiar la actitud frente a los obstáculos, y en lugar de evitarlos, verlos como “la oportunidad para aprender por qué algo no funcionó”, dice Syed. Muchas veces las personas tendrán que fallar antes de triunfar y para ilustrar el punto SEMANA escogió una lista de ocho personas exitosas que antes de llegar a la cima cayeron muy bajo: les rechazaron sus manuscritos, les dijeron que no tenían talento, o les mostraron la puerta de salida de sus empresas. 1. Steve JobsSteve Jobs fue despedido de su propia empresa, la misma que fundó en un garaje con Steve Wozniak; el encargado de mostrarle la puerta de salida fue John Sculley, un ejecutivo de Pepsi que el mismo Jobs había contratado para dirigir Apple. Por esto, él es el ejemplo más fiel del fracaso antes del éxito, pero también de que cometer errores no es el fin del mundo. Luego de este impase Jobs fundó las compañías Next y Pixar, y con esta última revolucionó la historia de los dibujos animados con películas como Toy Story. A su regreso a Apple en 2000, creó productos tan exitosos como el iPod, el iPhone y el iPad y convirtió a la empresa en líder de la tecnología en el mundo. Sobre esta experiencia Jobs señaló en su famoso discurso de ceremonia de graduación en Stanford, en 2005, que esa destitución fue su mejor experiencia porque “me llevó a entrar a uno de los periodos más creativos de mi vida”.Su nombre se asocia siempre con el concepto de genio, pero Hermann y Pauline Einstein nunca imaginaron que su hijo Albert lo fuera. El pequeño tenía dificultad para comunicarse y serios problemas de aprendizaje, a tal punto que solo pudo hablar a los 4 años y leer a los 7. Sus padres y profesores creyeron que tenía una discapacidad mental, y que era lento y asocial. Por este motivo la Escuela Politécnica de Zúrich no lo admitió. A pesar de ello, el científico superó esos obstáculos de comportamiento y comunicación y se convirtió en uno de los físicos más influyentes de la historia. En 1921 ganó el Premio Nobel de Física por el descubrimiento del efecto fotoeléctrico y su teoría especial de la relatividad.3. Oprah WinfreyLa llaman la reina de los talk shows pero antes de conquistar al público y construir su emporio mediático, avaluado por Forbes en 3.000 millones de dólares, Oprah sufrió muchos rechazos. La despidieron dos veces como presentadora porque “se involucraba emocionalmente en sus historias” y porque un productor la consideró “no apta para la televisión”. Para ese momento ya había superado la pobreza en la que nació, una historia de abuso sexual de niña y el hecho de enfrentarse sola a la vida a los 12 años. En 1983 probó suerte en una estación de baja audiencia con un programa de entrevistas, y en pocos meses pasó de ser la última en sintonía a ocupar los primeros lugares. La transmisión comenzó a llamarse The Oprah Winfrey Show. A pesar de todo ella no cree en el fracaso “porque se gana tanto de las victorias como de las derrotas. El fracaso indica que debe caminar en otra dirección”, dice. 4. The BeatlesAntes de que los Beatles alcanzaran fama mundial en 1964, tuvieron que ser el segundo acto en un bar de Hamburgo y hacer presentaciones insignificantes en toda Gran Bretaña. Pero sufrieron el mayor desplante en la audición en la disquera Decca, en el frío diciembre de 1961. Después de interpretar 15 canciones, el jefe de la firma, Dick Rowe, se mostró poco impresionado y luego de decirles el consabido no gracias, le comentó a Brian Epstein, mánager del grupo, que “ese tipo de bandas estaban de salida”. Paul McCartney ha dicho sobre el incidente que entiende a Rowe: “No éramos tan buenos aunque teníamos algunas cosas interesantes y originales”. Los críticos también señalan que tal vez por timidez o por falta de fuerza interpretativa, esa grabación no refleja la energía que mostrarían un año después en una audición con Parlophone en la que George Martin quedó fascinado. Así se dio paso a una de las leyendas de la música pop.5. Bill GatesAntes de nacer Microsoft, Bill Gates, junto a Paul Allen y Paul Gilbert, creó Traf-O-Data, y nadie la recuerda hoy porque fue un fracaso rotundo. El proyecto buscaba ser lo que hoy es Waze, pero más rudimentario. Para optimizar el flujo de los carros en la carretera, Gates creó un producto que procesaba la información del tráfico y la entregaba en forma de reportes a los ingenieros expertos en movilización. De esta manera pretendían acabar con las congestiones vehiculares. Pero el día de la presentación del proyecto ante las autoridades locales de Seattle, la máquina no funcionó y la expectativa frente al producto se desvaneció como la niebla. Años más tarde, Allen señaló que aunque Traf-O-Data no tuvo éxito fue crucial para el primer producto que lanzó Microsoft un par de años después. 6. J. K. RowlingMadre, divorciada, sin trabajo y en la ruina. Así se podía resumir la vida de la autora de la saga de Harry Potter en 1993. Tres años antes la idea completa del mago de Hogwarts había llegado a su mente en un viaje en tren de Manchester a Londres, y era tal la inspiración que escribió capítulo por capítulo frenéticamente. Pero cuando la presentó en 1995 a las editoriales se encontró con un muro de concreto: 12 de ellas la rechazaron. Un año después, una pequeña firma no solo aceptó publicarla sino que le dio un avance de 1.500 libras. Imprimió apenas 1.000 copias, pero fueron suficientes. Hoy el libro, que ha vendido más de 400 millones de ejemplares, la llevó a encabezar la lista de las personalidades más ricas del mundo. Sobre el fracaso le dijo recientemente a Business Insider: “Fue un regalo que gané con dolor porque aprendí cosas valiosas sobre mí misma y sobre la adversidad. Pero todavía siento que no se habla suficiente del tema”.7. Steven Spielberg Desde pequeño supo lo que quería hacer y a los 16 años ya tenía su primer largometraje, Fireflight, realizado con un presupuesto de 500 dólares. A pesar de esa vocación, no llegó a Hollywood por un camino de rosas pues la Facultad de Cine de la Universidad del Sur de California lo rechazó en múltiples ocasiones. Hoy tiene un diploma honorario de la misma universidad, y sin rencores ha dicho que ante una situación como esta aconseja no claudicar, cambiar la actitud hacia el fracaso y convertir los tropiezos en oportunidades para el éxito. 8. Michael JordanMuchos llevan una cuenta de sus éxitos pero el exbasquetbolista de los Chicago Bulls prefiere llevar las estadísticas de sus fracasos: 9.000 tiros fallidos, 300 juegos perdidos, y yerros en 26 oportunidades en las que su cesta definía el partido. “He fallado una y otra vez en mi vida. Y por eso es que triunfo”, dice Jordan en un video motivacional titulado Primero aprende a perder. Hoy los conocedores lo consideran uno de los más grandes de todos los tiempos, y entre sus récords están 6.672 rebotes y 5.633 asistencias. “El fracaso me dio fuerza, y el dolor me motivó”, dice, y añade que ser un as del basquetbol no fue un don que recibió, sino un esfuerzo por el que luchó cada día de su carrera.