La hipnosis es controvertida, está rodeada de mitos y muchos le tienen miedo. A pesar de eso está en aumento en el mundo y muchos recurren a ella para sanar algún desorden de personalidad como la ansiedad o la depresión. Esta terapia se basa en la idea de que esas tristeza tienen asidero en traumas del pasado. Lo que hace la hipnoterapia es acceder a la mente subconsciente para encontrar ese trauma del pasado que agobia a la persona en el presente. “La idea es encontrar el momento en que eso ocurrió”, dice Mónica Obando, experta en el tema.  Para lograrlo cita a sus pacientes a una sesión de dos horas. Primero tiene un diálogo con la persona para ver qué quiere cambiar. “Cada uno viene con una necesidad única”, dice, y una vez ella lo sabe procede con la etapa de inducción. Para esto hay que aprender a respirar adecuadamente porque según ella el 97 por ciento de sus clientes no saben hacerlo. Inmediatamente la mente se relaja y entra en un estado más calmado, Obando hace ejercicios guiados para ver si la persona está tomando sus sugestiones. Este es un paso importante pues cuando las toman puede empezar a hacer el conteo regresivo. “La persona se va para atrás a un nivel mental bajo, al subconsciente”. 

En ese punto empieza la transformación. Se necesitan cuatro sesiones para curar pero en la primera ya se ven cambios radicales. A veces los problemas son situaciones de violaciones. “En mi consulta he encontrado que 97 por ciento de las personas han sido abusadas, tocadas y eso genera una baja de autoestima muy grande. Las personas borran eso de su mente y luego se produce mucha ansiedad”, dice.  Cuenta la historia de una señora muy gorda que no podía dejar de comer. Gracias a esta técnica encontraron que su abuelo abusó de ella a los 5 años. Le contó a su mamá pero ella todo lo que hizo fue darle una rosquilla de dulce.  “Ella relacionaba las emociones negativas con comida y por eso era gorda”, cuenta la experta.  Pero también hay otras causas de la baja autoestima como, por ejemplo, cosas que los papás o maestros dicen: “Que si no hicimos la  tarea en la escuela es que no servimos para nada o que no somos nadie. Son falsas creencias con las que crecemos y que nos hacen tener baja autoestima y más tarde nos llevan a sentirnos deprimidos sin saber por qué”. 

Al llegar al momento del trauma por medio de la hipnosis este se transforma porque se accede a este desde un punto de vista diferente. “Entiendes que lo que te dijeron fue porque esa persona estaba de mal genio o alterada pero tú lo tomaste como si fuera real”, explica. En ese sentido se creó una falsa creencia y al ver que no es verdad la mente hace clic, se transforma y se hace un proceso de perdón real. “Perdonas a la persona y a ti mismo por sentirte todos estos años tan mal”, agrega.   La gente llega a su consultorio con muchos miedos. Uno de ellos  es que durante la sesión los van a poner a ladrar como perros o que nunca despertarán. Obando les explica que son mitos y que lo que ella hace no es espectáculo sino una terapia. Además las personas siempre conservan un nivel de control durante la hipnosis y en el momento que quieran abrir los ojos lo puede hacer.  Aunque sabe que es una técnica controvertida, ella cree en sus efectos sanadores pues ha visto cómo sus pacientes mejoran. Casi siempre consultan por los mismos dolores emocionales: ansiedad y depresión ambas consecuencia de algo más profundo.  El tiempo de curación y sanación es de cuatro sesiones de dos horas pero desde la primera la gente ve resultados. Luego recomiendo una sesión cada seis meses o una vez al año porque las personas siguen programando esas experiencias negativas y la idea es seguir limpiando. “Yo lo veo como una purga emocional”. El cambio es que las personas encuentran la felicidad, la libertad, el amor propio y una vez lo hacen pueden ser capaces de dar amor a otras personas.