Por muchos años se creyó que el corazón era la fuente de donde emanaban las emociones. Hoy se sabe que es el cerebro en donde se fabrican estos sentimientos, pero el corazón sigue siendo el que más se afecta con ellos. Por eso, los cardiólogos deben conocer el estado emocional de sus pacientes para ver cómo está el físico de este órgano. Porque el corazón no es un parte aislada, como lo dice el cirujano cardiovascular Jaime Calderón, “sino una pieza del cuerpo muy noble que siempre interactúa con el cerebro, donde sí residen las emociones y los pensamientos (específicamente en la amígdala) que a su vez dirigen los comportamientos. Una sensación de odio y ansiedad lo afectan negativamente. Asimismo la felicidad también hace feliz al corazón”, dice. El miedo y el dolor pueden también causar heridas en él y lo mismo el estrés emocional.Aquí puede leer el artículo completo si tiene suscripción. Sino puede registrarse en este enlace.