SEMANA: ¿Por qué la depresión y el suicidio en los médicos?   Roberto Baquero: Una razón es que la Ley 100 cambió la manera en que se ejercía la profesión: los estudiantes deben pagar unas matrículas exorbitantes, y además de eso pagar por especializarse, aunque hay una ley que probablemente truncará eso. Un estudio del  CMC mostró que la tasa interna de retorno de un médico graduado de una universidad pública es 17 años y de una privada es de 34 años. Entonces este profesional se pasa toda una vida endeudado debido a su formación. Este médico sale con una angustia económica grande y muchas deudas. Está el problema de la residencia pero antes de eso el del rural en donde son avasallados por las instituciones que abusan de ellos en su contratación. No les pagan, los contratan por prestación de servicios, no les dan seguridad social, no hay horas extras ni compensatorios y eso les genera una sobrecarga muy grande. Ellos no pueden renunciar porque son sancionados con una espera de un año más para presentarse de nuevo al rural.   SEMANA: Además los agreden, como ha sucedido muchas veces.   R.B.: El médico general  es el que pone la cara ante el paciente furioso porque no está siendo atendido o por demoras en la atención. Se ven agresiones: hace poco mataron un médico de 24 años. Son cosas absurdas que pasan. Como salen tan endeudados, no pueden abrir un consultorio sino ver quién los contrata y en el sistema actual es por prestación de servicio. Esto provoca inseguridad para tener planes de vida, pues no se puede planificar con un contrato así. Este problema lleva a la despersonalización del ejercicio. Vemos cada día a estos profesionales más angustiados.   Lea también: La campaña contra la epidemia de depresión y suicidio entre médicos    SEMANA: ¿Tiene cifras de esa situación? R.B.: Estamos haciendo estudio sobre el Burnout o agotamiento laboral en los médicos del país que ya fue declarada una enfermedad por la Organización Mundial de Salud. Se aplicó una tabla internacional y los resultados nos tienen preocupados porque hay grandes síntomas entre los profesionales de la salud de despersonalización, de pérdida de desarrollo personal y de angustia y eso se ve en el ejercicio diario de la profesión. Encontramos cifras asustadoras como que 30 por ciento piensa una vez al mes “ya no me interesa el paciente” y eso asusta porque es una ruptura con el ejercicio de la profesión. Lo peor es que dentro de ese porcentaje debe haber  más de 15 por ciento que lo piensa una vez a la semana y algunos lo pensarán todos los días. Esta es la salud de las personas que le dan salud a la comunidad. Debe haber una política por parte del gobierno y aunque se han hecho esfuerzos por que los médicos tengan un trabajo digno, todo aún sigue siendo un saludo a la bandera.   La sociedad y los mismos profesionales creen que un médico es dios y que no puede fallar cuando el ejercicio de la profesión es la incertidumbre.   SEMANA: ¿Cómo esta situación se traduce en más depresión y suicidios entre los médicos?   R.B.: Lo que nos ha demostrado este estudio sobre Burnout es que hay mucha problemática y angustia dentro de estos profesionales y eso nos demuestra el aumento del suicidio entre nuestros colegas. ¿Cómo se explica que personas con trabajo y vida por delante y proyección en un momento dado prefieren suicidarse a prestar un servicio a la comunidad? Yo tuve un compañero cercano que  se suicidó. Hace poco otro también lo hizo por un problema de salud y otro por problemas personales. Es una decisión personal pero a uno le duele mucho. Muchos niegan que estén enfermos pero hay cifras que dicen que los médicos tienen el doble de riesgo de suicidio que la población general y lo peor es que las médicas tienen mayor probabilidad que los hombres médicos de suicidarse.   SEMANA: ¿Qué otro factor incide?   R.B.: Otro factor es que la sociedad, y los mismos profesionales, creen que un médicos es dios y que no puede fallar cuando el ejercicio de la profesión es la incertidumbre. porque uno nunca sabe si un medicamento va a funcionar o no. Entonces esos dioses no existen. El otro factor es que todavía persiste el estigma de que ir al psiquiatra es para locos. Y este paradigma lo tiene toda la sociedad, incluidos los médicos. Los psiquiatras en realidad prestan una gran ayuda en resolver los problemas internos. Pero hay que romper esa idea de que ver al psiquiatra es estar loco. Eso genera mucha angustia entre estos profesionales porque ellos sienten que como estudiaron psiquiatría como  parte de su formación pueden manejar su salud emocional. Los médicos creen que el que se enferma es el otro y nosotros somos inmortales. La realidad es otra. La realidad es que no lo están logrando y ahora menos con la situación de los médicos en el país.   Le podría interesar: Médicos Colombianos denuncian sus precarias condiciones de trabajo    SEMANA: Dicen que son los profesionales que mayor carga laboral tienen. ¿Es cierto?   R.B.: Somos más susceptibles porque cada paciente es un universo y uno hace introspección de los problemas de cada uno. Los médicos en general reciben mucha carga por su trabajo, son los que más se angustian. Solo hay que ir a un servicio de urgencia o a una unidad de cuidado intensivo. El estrés es muy grande porque no hay conciencia de que ese médico no es dios sino ser humano. El concepto de médico se basa en no hacer daño y eso no lo ha entendido la gente y por eso las agresiones contra los médicos. Eso hace que salga corriendo de los sitios y no quieran volver.   "Los médicos deben reflexionar si tienen cansancio y pedir ayuda si la necesitan"   SEMANA: ¿Cómo puede ayudar la sociedad a los médicos?   R.B.: La sociedad puede ayudar entendiéndolos. Es cierto que el paciente que está en frente de uno llega con una carga emocional grande porque se siente enfermo y uno eso lo debe valorar y ayudar. Pero el paciente también debe entender que no tienen a dios enfrente y que ese profesional que está ahí quiere ayudar. Las angustias de uno cuando se complica el paciente no las entiende nadie. Y muchas situaciones son ajenas al ejercicio, como la pérdida de autonomía, porque ahora los médicos no tienen la libertad de pedir tantos exámenes, ni tal medicamento o dilatar la cirugía. Todas esas cosas hoy se salen de nuestras manos. Estamos ejerciendo de manera antiética. Y este es un llamado a los médicos para defender su  autonomía y la ética de la profesión.   SEMANA: ¿Y los médicos qué pueden hacer para cuidarse en salud?   R.B.: Los médicos deben reflexionar si tienen cansancio y pedir ayuda si la necesitan. La campaña  crazy socks for docs se creó para eso: para que nosotros seamos conscientes de que podemos tener estos problemas en mayor o menor grado. La campaña surgió cuando un médico se puso unas medias disparejas sin darse cuenta por tantos problemas que tenía. Eso fue un llamado para que buscara ayuda. Esa es la esencia: podemos tener problemas. Este tema no hay que taparlo con una mano sino ver que es una problemática en la que todos debemos ayudar. La situación de muchos profesionales es de mucha angustia por exceso de trabajo, mal salario y hasta desempleo. 14 por ciento de especialistas solo ganan cinco salarios mínimos y de ese 14 un 40 por ciento trabaja menos del horario normal. El recurso humano es la base del sistema y debe haber una política de defensa de la profesión.