Los profesionales a lo largo de los años han hecho énfasis en la importancia de tener buenos hábitos alimenticios, ya que esto garantiza al paciente la detección de pocas enfermedades o, en dado caso, de recibir diversos diagnósticos, el tener buenos hábitos en su alimentación hará que se encuentre en mejores condiciones para sobrellevarla y superarla.

Un plan de alimentación sano y equilibrado debe incluir alimentos de todos los grupos, las cantidades o porciones de cada uno variarán dependiendo de las condiciones nutricionales de la persona, el eso, su estado de salud y su edad.

Para prevenir diversas enfermedades y fortalecer el sistema inmune, en el mercado existen diversos medicamentos de origen natural que ayudan a cumplir con estas expectativas; sin embargo, estos nutrientes también se pueden obtener por medio de la ingesta de determinados alimentos.

El sistema digestivo está relacionado de manera directa con la función del sistema inmune, dependiendo de lo que coma un paciente asimismo el sistema inmune se agarrará de allí para poder crear defensas, razón por la que es importante alimentarse bien.

Cambios en el estilo de vida, actividad física y buena alimentación pueden ayudar a fortalecer el sistema inmune. | Foto: jonathan kitchen

En medio de una dieta sana juega un papel fundamental un ingrediente que no es digerible y al que se le conoce como prebióticos. Este compuesto fortalece la microbiota intestinal generando condiciones óptimas para que se puedan producir bacterias buenas dentro del organismo.

La Sociedad Americana de Nutrición luego de analizar 8.690 alimentos logró determinar cuáles son los cinco alimentos que más contienen prebióticos con el fin de consumirlos con mayor frecuencia para traer beneficios positivos sobre la salud del todo el cuerpo.

Los cinco alimentos con más prebióticos

De acuerdo con el portal de salud, belleza y cuidado personal Cuerpo y Mente, “los prebióticos están constituidos por moléculas de gran tamaño que forman parte de la fibra alimentaria, en su mayoría hidratos de carbono (oligo y polisacáridos) que son fermentados por la flora intestinal. Sin embargo, no todas las fibras tienen actividad prebiótica”.

Hojas de diente de león (Taraxacum officinale)

Durante varias décadas, las hojas de diente de león se han considerado como un elemento natural de la maleza; pese a esto, con el paso de los años diversas investigaciones científicas han logrado determinar que son comestibles en su totalidad y que además traen beneficios positivos para la salud. Estas se suelen añadir a diversas preparaciones, especialmente a las ensaladas, y se pueden hervir, cocinar o incluso fritar o sofreír.

Alcachofa de Jerusalén (Helianthus tuberosus

Esta hortaliza cuenta con una buena cantidad de hidratos de carbono y altas dosis de proteína. Los profesionales en temas de nutrición suelen recomendar que los pacientes diagnosticados con diabetes la consuman con frecuencia. Al no contener ni una mínima cantidad de grasa, esta verdura es ideal para incluir en una dieta para bajar de peso, además, gracias a sus propiedades diuréticas previene y trata la retención de líquidos.

Las alcachofas pueden usarse en diferentes preparaciones. | Foto: Kathrin Ziegler/Getty Images

Ajo

Este producto es ideal para reemplazar el uso de sal en diversos platos y preparaciones. Cuenta con diversas propiedades nutricionales que le aportan beneficios positivos a la salud entre ellos se destaca que estimula la microbiota.

Puerro

“Es una verdura presente en la gastronomía española tanto en sopas como en cocidos, con un protagonismo especial en la purrusalda o con la variedad catalana de sus típicos calçots”.

Cebolla

Esta es una de las plantas más usadas en la cocina mediterránea, la mayoría de los platos suele tenerla como ingrediente principal de sus preparaciones. Es ideal para hacer un guiso o para acompañar diversos platos que tengan como protagonista algún tipo de proteína; entre sus propiedades nutricionales se destaca que cuenta con una gran cantidad de fibra soluble.

Las cebollas se distinguen por el color, una de ellas es de tonalidad morada. | Foto: Kerstin Klaassen