La falta de ejercicio, la obesidad y el sedentarismo, el consumo excesivo de alcohol y tabaco, así como una alimentación con exceso de grasas saturadas y azúcares son las principales causas que provocan una mala circulación de la sangre. También son llamados “enemigos declarados de la salud cardiovascular”, según una publicación hecha por Cuerpo Mente.
De hecho, en la Comunidad Europea fallecen más personas por problemas de corazón y circulatorios, con el 47 % de la mujeres y el 40 % de los hombres, que por cualquier tipo de cáncer, según la fuente citada.
Por lo anterior, existen plantas y hierbas medicinales que favorecen el riego sanguíneo, combaten las arritmias, contribuyen a neutralizar la acción de los radicales libres, ejercen una acción vasoprotectora y previenen accidentes vasculares como la aterosclerosis, las tromboembolias y los ictus; así como impiden o dificultan la formación de edemas, favoreciendo el retorno venoso y evitando o disminuyendo la aparición de varices o hemorroides.
Una de ellas es la cúrcuma, la cual posee propiedades positivas de carácter antioxidante y antiinflamatorias, como lo resalta el portal Healthline, aportando la posibilidad de reducir el nivel de azúcar y distintos lípidos en sangre, gracias a la estimulación que le brinda a la insulina en cuanto a su sensibilidad, lo que da paso a que los tejidos absorban de mejor manera la glucosa, y que esta no se acumule en el torrente sanguíneo.
De acuerdo con el portal saluspr.com, “al ser un purificador de sangre natural, ayuda a eliminar toxinas. Por otra parte, sus propiedades antioxidantes protegen las células del daño causado por los radicales libres”.
Esta planta que crece en Asia y América Central, principalmente, tiene compuestos, llamados curcuminoides (la curcumina, la demetoxicurcumina y la bisdemetoxicurcumina), que le otorgan diversas propiedades saludables para el organismo.
Este a su vez, aporta protección ante el daño celular, mejorar la función renal y disminuir la presencia en el organismo de sustancias que promueven la inflamación de distintas zonas del cuerpo, según lo explica el mismo portal mencionado con anterioridad.
Al respecto, el portal Gastrolab de México indica que el mencionado compuesto ayuda a mantener los vasos en una buena condición, permitiendo así que la sangre fluya de manera natural. Al desinflamar estos conductos también se reduce la presión arterial y se evita la coagulación de la sangre.
La cúrcuma se consume en diferentes formas, como cápsulas, tés, polvos y extractos. Su ingrediente activo es la curcumina, que tiene propiedades biológicas poderosas. En la medicina ayurvédica, un sistema tradicional de tratamiento de la India, la cúrcuma se recomienda para una variedad de condiciones, incluyendo el dolor crónico y la inflamación. La medicina occidental ha comenzado a estudiar la cúrcuma como un analgésico y un agente curativo.
Contraindicaciones del consumo de la cúrcuma
Si bien son muchas sus bondades, también es importante tener en cuenta que el consumo de cúrcuma en exceso puede generar algunos efectos adversos. Por ejemplo, algunos participantes en estudios que analizaron el uso de la cúrcuma para el tratamiento del cáncer tuvieron que abandonarlos debido a problemas de digestión, según indica Medical News Today. La ingesta de la planta estimula el estómago para producir más ácido gástrico. Si bien esto ayuda a la digestión de algunas personas, es posible que afecte a otras.
Las propiedades purificantes de la cúrcuma también pueden hacer que las personas que la consumen sangren con mayor facilidad. Por esta razón, quienes toman medicamentos anticoagulantes como la warfarina (Coumadin), deben evitar consumir grandes dosis de cúrcuma.
Por último, los agentes de la cúrcuma que traen beneficios para la salud digestiva pueden causar irritación si se ingiere en grandes cantidades, por lo que se recomienda no abusar de su consumo y en dado caso de contar con la aprobación de un profesional de la salud, indagarle cuántas tazas se pueden ingerir de té o infusión que contenga esta especie.