El cuidado de los órganos del cuerpo humano es clave para un desarrollo adecuado y un buen funcionamiento de los mismos en el día a día. Y, aunque todos son de gran importancia, algunos tienen cierta prioridad en materia de prevención de enfermedades, como el corazón o el cerebro.
Si se habla del corazón, por ejemplo, conviene comprender que es un órgano compuesto de tejido muscular y que bombea sangre a todo el cuerpo. La sangre se transporta a través de los vasos sanguíneos, unos tubos llamados arterias y venas. El proceso de transportar la sangre en todo el cuerpo se llama circulación.
En cuanto al cerebro, se trata del órgano que controla lo que se piensa y se siente, cómo se aprende y se recuerda y hasta la forma en que la que el cuerpo se mueve. También controla aspectos que pueden ser imperceptibles, como el latido del corazón y la digestión de la comida.
Por ello, es importante ser conscientes de los cuidados que requieren estos órganos tan importantes.
Teniendo esto en cuenta, se debe considerar que uno de los hábitos para el adecuado funcionamiento del cuerpo humano es la sana alimentación, para que el organismo reciba distintas vitaminas, nutrientes y minerales.
Algunos de alimentos pueden ser altamente recomendados para la salud de los órganos, mientras que otros, por el contrario, poseen algunos componentes que acabarán produciendo un mayor deterioro de la salud.
El poder del pescado
Este alimento es altamente desconocido por muchas personas. Tiene tantas proteínas como la carne, además de que es rico en vitaminas y minerales, pero además algunas variedades son también una importante fuente de Omega 3, ácidos grasos beneficiosos para la salud cardiovascular.
El pescado es un alimento con propiedades nutricionales que favorecen la salud cardiovascular en todas las edades.
Su ingesta ofrece gran cantidad de beneficios para la salud y el cuidado de órganos claves como el cerebro, tal como lo explica el portal especializado Mejor Con Salud.
El pescado posee una cantidad importante de omega-3, ácidos grasos los cuales son vitales para estimular el funcionamiento de las actividades cerebrales, permitiendo que este órgano cumpla con sus acciones a cabalidad, incluso a edades avanzadas.
La falta de este tipo de compuestos en el consumo diario del ser humano, puede acabar generando que, a partir del envejecimiento, se produzcan enfermedades como la demencia o el deterioro del rendimiento cerebral de forma progresiva.
Las variedades de pescado que más cuentan con este compuesto son el salmón, el atún, las sardinas, la angula y el pez espada, por lo que el consumo de sus carnes suele estar entre las mayores recomendaciones, especialmente para combatir la demencia y el Alzheimer, llegando incluso a producir nuevos neurotransmisores o a combatir la inflamación de este órgano.
El consumo regular de pescado refuerza las defensas. Los ácidos omega 3 del pescado son un aliado importante del sistema inmunológico, ya que lo protege. También se ha comprobado que los ácidos omega 3 ayudan a combatir los procesos inflamatorios, las erupciones cutáneas y la fatiga.
Además, el pescado contiene bajos niveles de colesterol, lo que permite que sea una buena alternativa para reemplazar las carnes rojas, pues contiene menos grasas saturadas y una gran riqueza de grasas poliinsaturadas que favorece la salud de las arterias.
Por otro lado, que el pescado contenga bajas cantidades de grasas saturadas y poco colesterol lo convierte en un alimento que aporta diversos nutrientes y no engorda. Incluso, hay estudios que señalan que población que consumen más pescados y menos carne tienen menor riesgo a sufrir obesidad y diabetes.
El pescado también es de fácil digestión en comparación con la carne roja, pues su concentración de proteínas es menor y contiene menos tejido conjuntivo. Por ello, es recomendable para cualquier persona con algún tipo de problema gastrointestinal.