La cerveza es una bebida alcohólica que se produce con cereales, como la malta y la cebada, de acuerdo con el portal portugués de salud, nutrición y bienestar Tua Saúde.
Respecto a las cantidades de alcohol, Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, puntualizó que la cerveza tiene aproximadamente 5 % de alcohol, aunque algunas cervezas tienen más.
Ahora bien, lo que recomiendan los expertos es no consumir alcohol, pero si se consume, es mejor hacerlo con moderación, y para los adultos sanos, beber alcohol con moderación significa hasta una copa por día.
Es más, hay algunas personas que no deberían tomar cerveza y las cuatro personas que están en ese grupo son:
- Personas con cirrosis hepática o problemas de hígado.
- Personas con acidez de estómago, porque beber alcohol disminuye la capacidad del esfínter esofágico inferior para funcionar correctamente.
- Personas con diabetes o estado previo a ella, pues “la ingesta de bebidas alcohólicas puede causar un aumento o disminución de los niveles de azúcar en la sangre, es decir, una hiperglucemia o hipoglucemia”, según Tua Saúde.
Tipos de cerveza
Según el grupo Sanitas de España existen diferentes tipos de cerveza.
- Cerveza tradicional: el grado de alcohol suele estar entre un 4,5 % y un 5,5 %, aunque es cierto que puede variar un poco.
- Cerveza sin alcohol: el volumen de alcohol de las marcas más conocidas oscila entre un 0,6 % y 0,9 %.
- Cerveza 0,0: aparentemente, no deberían llevar nada de alcohol, pero lo cierto es que sí: entre 0,01 % y 0,07 %.
Consejos para reducir el consumo de alcohol
De acuerdo con Medline Plus, la persona debe llevar la cuenta de cuántos tragos toma durante la semana en una pequeña tarjeta en la cartera, en el calendario o en el teléfono.
Asimismo, hay que identificar cuánto alcohol hay en un trago estándar: una lata o botella de cerveza de 12 onzas (355 ml), una copa de vino de 5 onzas (148 ml), una mezcla de vino con refresco, o un coctel o trago de licor fuerte.
En consecuencia, la persona debe fijar el ritmo como, por ejemplo, no tomar más de una bebida alcohólica cada hora. Adicionalmente, la biblioteca indicó que es importante comer algo antes de beber y entre tragos.
Sobre la misma línea, para controlar la cantidad que se bebe, se deben evitar las personas o lugares que hagan beber cuando la persona no desea hacerlo, o que lo tienten a beber más de lo que debería.
Otra recomendación es planear otras actividades que no impliquen beber para los días en que se tengan ganas de tomar.
Riesgos del consumo excesivo de alcohol
Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, indicó en su portal web que el consumo excesivo de alcohol puede aumentar el riesgo de tener problemas de salud graves, que incluyen:
- Ciertos cánceres, incluido el cáncer de mama y el cáncer de boca, garganta, esófago e hígado.
- Pancreatitis.
- Muerte súbita si ya se tiene una enfermedad cardiovascular.
- Daño al músculo cardíaco (miocardiopatía alcohólica) que lleva a la insuficiencia cardíaca.
- Accidente cerebrovascular.
- Enfermedad del hígado.
- Suicidio.
- Lesión grave o muerte accidental.
- Daño cerebral y otros problemas en un feto.
- Síndrome de abstinencia del alcohol.
De todos modos, la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica y por ello lo primero que hay que hacer es consultar a un experto de la salud.