El café es una de las bebidas más populares del mundo y si bien la mayoría de gente sabe que puede ayudar a mantener altos los niveles de energía, tiene múltiples efectos en el organismo que también deben tenerse en cuenta.
Puntualmente, las investigaciones se centran en el componente principal del café, la cafeína, que también se puede encontrar en otros productos como las nueces de cola, las hojas de té y las vainas de cacao.
“También existe la cafeína sintética (hecha por el hombre), que se añade a algunos medicamentos, alimentos y bebidas. Por ejemplo, algunos analgésicos, medicamentos para el resfrío y medicamentos de venta libre para la concentración contienen cafeína sintética. Lo mismo con bebidas energéticas y productos para aumentar la energía”, advierte MedlinePlus, la enciclopedia virtual de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
A su vez, señala que una taza de café de unas ocho onzas contiene entre 95 y 200 miligramos de cafeína.
Esa fuente médica cita algunos de los efectos más conocidos de la cafeína en el organismo. Según señala, tiene una incidencia directa en el metabolismo, que agrupa a los procesos químicos que se producen constantemente en las células del cuerpo.
Para empezar, explica que la cafeína puede ser un gran estimulante del sistema nervioso central, lo cual explica por qué las personas sienten que tienen más energía y están más despiertas después de tomar café.
Así mismo, señala que puede ser un diurético natural, es decir, que le permite al cuerpo expulsar agua y sal cuando orina. También puede ayudar a que se libere más ácido en el estómago, algo que puede provocar molestia en algunas personas que son proclives a condiciones médicas como la acidez o el malestar estomacal.
Así mismo, MedlinePlus advierte que podría interferir con la absorción de calcio en el organismo e incrementar la presión arterial.
La Clínica Mayo, una institución médica de Estados Unidos, sostiene que hay investigaciones científicas que muestran que la cafeína podría bloquear una hormona que produce que las arterias se ensanchen. Otras investigaciones, indica, muestran que la cafeína hace que las glándulas suprarrenales expulsen más adrenalina, una hormona que incrementa la presión arterial.
“Algunas personas que toman bebidas con cafeína de manera regular tienen la presión arterial promedio más alta que aquellas que no toman estas bebidas. Otras personas que toman bebidas con cafeína de manera regular desarrollan una tolerancia a la cafeína. Como resultado, la cafeína no tiene un efecto a largo plazo en la presión arterial”, señala la institución médica.
Así mismo, MedlinePlus asegura que hay algunos “efectos secundarios” no deseados que puede provocar la cafeína. Estos se acentúan cuando las personas consumen más de 400 miligramos al día.
Entre otras cosas, puede producir inquietud, temblores, insomnio, dolores de cabeza, mareo, aceleración del ritmo cardíaco, deshidratación, ansiedad e incluso dependencia. Esto último está ligado a la aparición de tolerancia: las personas requieren consumir más cafeína para sentir los mismos efectos.
La fuente médica, además, señala que hay pacientes que son más proclives a percibir estos efectos de la cafeína. También indica que una vez esta sustancia ingresa en el organismo “alcanza su nivel máximo en la sangre dentro de una hora después de consumirla. Usted puede seguir sintiendo los efectos de la cafeína por cuatro a seis horas”.
Por último, recuerda que hay algunos pacientes que requieren evitar el consumo de cafeína. Por ejemplo, sostiene que las mujeres que están embarazadas o amamantando no deben tomar café porque la cafeína puede llegar al bebé.
Tampoco se les recomienda a las personas con migraña, problemas para dormir, ansiedad, presión arterial alta, úlceras estomacales y reflujo. Concluye que “los niños pueden ser especialmente sensibles a los efectos de la cafeína”, por lo cual también deben limitar su consumo.