Hoy en día se le dedica menos tiempo a disfrutar y comer conscientemente. Parece ser que entre más rápido desaparezca el alimento del plato más es el nivel de productividad, ya sea por las responsabilidades o la constante necesidad de estar conectados a un dispositivo.
Pero lo que no tienen en cuenta es que no solo basta con alimentarse de manera equilibrada; sino que también es necesario masticar de la forma indicada, pues esa es clave para mantenerse saludable y evitar complicaciones de salud como la obesidad.
Por tal razón, el proceso de masticación es fundamental, ya que es así como se trituran los alimentos y se llega a la parte del proceso de digestión. A medida que se mastica, se liberan enzimas que preparan la comida para facilitar el proceso de digestión en el estómago.
Los expertos recomiendan masticar bien la comida para que el cuerpo genere una buena digestión y asimilación de nutrientes, pues al hacer lo contrario lograría daños en la salud. Una de las consecuencias inmediatas son los gases y la hinchazón, pero al pasar los días puede ocasionar la subida de peso y una mayor permeabilidad intestinal.
Durante el proceso de masticación, se desintegra la comida y comienza a formarse el bolo almenticio junto con la saliva, está es una sustancia líquida en la boca con un muchas propiedades y protecciones que beneficia a la salud, entre ellas está evitar evitar la caries, pues tiene una actividad antimicrobiana que ayuda a limpiar los restos de comida.
Es importante mencionar que el estado y equilibrio en el que se encuentra la microbiota oral, es decir, las bacterias que viven en la boca, puede estar relacionado con algún problema de salud como la artritis reumatoide, alteraciones cardíacas e incluso el Alzhéimer.
La primera función digestiva de la saliva va aliada con la ptialina y amilasa, son enzimas que se encargan en digerir los hidratos del carbono como los azúcares y almidones. Al ensalivar bien los alimentos se consume todos los nutrientes correctamente, hay que pensar que el estómago no tiene dientes y entre más masticada se encuentre la comida es mejor.
Según un estudio publicado en la revista Child & Family Behavior Therapy, comer con un ritmo lento (comer un plato en 20 minutos o más) hace que las personas se sientan saciadas más rápidamente e incluso puede mejorar la respuesta de las hormonas del apetito. En consecuencia, las personas que comen rápido tienden a comer más.
No obstante, mientras se mastica se favorece el ácido clorhídrico, el factor intrínseco necesario para la absorción de vitamina B12 y las otras enzimas que se encargan en la digestión de las proteínas y las grasas.
De hecho, se evidenció que comer lento puede ayudar a las personas con sobrepeso e incluso con diagnósticos de diabetes tipo II. Esto se da porque comer lento ayuda a disminuir el hambre durante el día. Sin embargo, en pacientes con diabetes tipo II no hay una mejoría evidente en la respuesta hormonal que avisa cuando ya se está lleno.
Consejos para comer despacio y disfrutar la comida
Para evitar dichas consecuencias, el portal web Asana da a conocer algunas recomendaciones para mejorar la forma de comer y la velocidad con la que se hace este proceso:
- Elegir un lugar tranquilo y confortable en el que se pueda comer con calma.
- Prestar atención a cada bocado, esto quiere decir que se debe reconocer el primer contacto del alimento en el interior de la boca y saborear, captando todos los matices de cada comida.
- Una buena digestión empieza masticando, de este modo se debe hacer posible que cada bocado dure entre 10 y 20 segundos.
- Utilizar ingredientes de consistencia dura, ya que requieren más trabajo masticarlos y ralentizan la comida.
- Picar los alimentos en trozos pequeños para que sean más fáciles de masticar.
- Evitar reírse, hablar o discutir cuando se está masticando un alimento.
- Utilizar cubiertos, aunque el plato no lo requiera, esto ayuda a que el proceso sea más lento.