Un síntoma de disfunción cerebral es la pérdida de memoria y es uno de los motivos más frecuentes de consulta, especialmente en personas de edad avanzada, ya que es el primer síntoma de la enfermedad de Alzheimer, una forma progresiva e incurable de demencia (un tipo de trastorno del cerebro).
Según el Manual MSD, los pacientes con demencia pueden perder la capacidad de pensar con claridad y por lo general, si el paciente es lo suficientemente consciente de su pérdida de memoria como para estar preocupado por ello, no sufre de una demencia precoz.
Cabe mencionar que los recuerdos pueden ser almacenados en la memoria a corto plazo o a largo plazo, dependiendo de lo que se trate y de lo importante que sean para la persona. De hecho, existen dos tipos de memoria:
- La memoria a corto plazo: este tipo de memoria conserva una pequeña cantidad de información que el paciente necesita temporalmente, como por ejemplo una lista de cosas para comprar en el supermercado.
- La memoria a largo plazo: como su nombre indica, almacena los recuerdos, ya sea el nombre de la escuela secundaria del paciente por largo tiempo.
Con el pasar de los años, la capacidad para memorizar disminuye y las causas más frecuentes de este padecimiento son los cambios de la memoria relacionados con la edad (el más común), el deterioro cognitivo leve, la demencia y la depresión.
Adicional a ello, el portal en mención aclara que “la mayoría de las personas de edad avanzada tienen algunos problemas de memoria. Recuperar recuerdos de cosas nuevas, como por ejemplo el nombre de un nuevo vecino o cómo utilizar un nuevo programa informático, lleva más tiempo.
Las personas de edad avanzada también tienen que ensayar los nuevos recuerdos con más frecuencia para que estos se almacenen. Las personas con este tipo de pérdida de memoria a veces se olvidan de las cosas, como dónde dejaron las llaves del coche. Pero en ellos, a diferencia de las personas con demencia, la capacidad para realizar las actividades diarias o de pensar no está afectada”.
De esta manera, una forma de mitigar la perdida de memoria desde temprana edad es consumiendo una dieta rica en vitaminas y minerales, así como una buena ejercitación cerebral. Respecto a la alimentación, el portal ClickiSalud destaca las propiedades del brócoli, una hortaliza de la familia de las coles, aporta una gran cantidad de vitaminas y minerales, que son esenciales para el correcto funcionamiento del organismo.
Como tal, una ración de 200 gramos de este vegetal cubre las necesidades diarias de vitamina C de un adulto, ya que aporta casi el cuádruple de las que se necesita. También satisface los requerimientos diarios de ácido fólico y dos terceras partes de los de vitamina A, asegura el portal Cuerpo Mente. A su vez, contiene selenio, potasio, calcio vegetal, fibra, vitaminas del complejo B y proteínas vegetales, además de fitoquímicos (glucosinolatos y flavonoides), que pueden ofrecer beneficios al organismo.
De acuerdo con el sitio web Cuerpo Mente, es un alimento que mejora la conexión entre las neuronas. Específicamente, el sulforafano, una sustancia anticancerígena que contiene este vegetal, aumenta las denominadas “proteínas de choque térmico” que mejoran la comunicación entre neuronas a través de las sinapsis.
“Esta propiedad del sulforafano ha hecho que se investigue su utilidad en el tratamiento del autismo, pues el comportamiento de las personas afectadas por esta enfermedad mejora cuando se estimulan estas proteínas”, asegura el mencionado portal.
Otro beneficio de este superalimento es que ayuda a combatir las enfermedades del hígado como la hepatitis A, la hepatitis B y la hepatitis C; enfermedades causadas por drogas, venenos o toxinas o por ingerir demasiado alcohol; cáncer de hígado; y enfermedades hereditarias, como hemocromatosis y la enfermedad de Wilson.