El sistema inmunitario hace referencia a una compleja red de células, tejidos y órganos. Juntos ayudan a su cuerpo a combatir infecciones y otras enfermedades. Por lo general, cuando los gérmenes como bacterias o virus invaden su cuerpo, atacan y se multiplican, y a esto se conoce como infección, la cual causa la enfermedad que lo afecta.
De acuerdo con Medline Plus, sitio web de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, a este sistema lo componen distintas partes, entre ellas, la piel que ayuda a evitar que los gérmenes ingresen al cuerpo, las membranas mucosas, los glóbulos blancos y los órganos y tejidos del sistema linfático. Adicional a ello, existen tres tipos diferentes de inmunidad:
- Inmunidad innata: esta se trata de la protección con la que nace. Como tal, es la primera línea de defensa de su cuerpo e incluye barreras como la piel y las membranas mucosas.
- Inmunidad activa: también se denomina inmunidad adaptativa, la cual se desarrolla cuando se infecta o se vacuna contra una sustancia extraña. La inmunidad activa suele ser de larga duración.
- Inmunidad pasiva: esta ocurre cuando recibe anticuerpos contra una enfermedad en lugar de producirlos a través de su propio sistema inmunitario. Por ejemplo, los bebés recién nacidos tienen anticuerpos de sus madres. Las personas también pueden obtener inmunidad pasiva a través de productos sanguíneos que contienen anticuerpos.
Cuando estos tipos de inmunidad fallas, suelen aparecer problemas de salud como el asma, la bronquitis, entre otros problemas que alteran las defensas del organismo. De este modo, si se tiene una enfermedad autoinmune, el sistema inmunitario ataca por error a las células sanas de su cuerpo. Otros problemas del sistema inmunitario ocurren cuando no funciona bien. Estos problemas incluyen enfermedades por inmunodeficiencia.
Para mitigar este tipos de afecciones, es esencial consumir ciertas infusiones naturales como el té de cúrcuma, una de las especias más usadas en las cocinas españolas en los últimos años. Específicamente, la cúrcuma es una planta asiática, de la misma familia que otras especias como el jengibre y el cardamomo, y tiene un peculiar color naranja y sus propiedades más conocidas son las antiinflamatorias y las antioxidantes.
Como tal, esta infusión también fortalece nuestro sistema inmune, lo que ayuda a nuestro organismo a combatir infecciones y otras enfermedades. Adicional a ello, ayuda al organismo a reducir el colesterol que circula por nuestros vasos sanguíneos, así como a mantener buenos niveles de triglicéridos y con ello se reduce la posibilidad de sufrir accidentes cardiovasculares o cerebrovasculares.
¿Cómo preparar el té de cúrcuma?
La persona puede preparar el té de cúrcuma usando polvo puro de cúrcuma o cúrcuma rallada, molida o deshidratada. A continuación, se muestra una receta para preparar 1 taza de té de cúrcuma:
Ingredientes:
- 1 taza de agua o leche.
- 1 cucharadita de cúrcuma.
- 1 cucharadita de canela.
- 1 cucharada de miel.
- 1/2 cucharadita de pimienta negra.
Preparación
- Hervir el agua o la leche.
- Añadir los demás ingredientes al líquido hirviendo.
- Sumergir durante 10 a 15 minutos.
Después de completar estos pasos, es aconsejable colar el té en un recipiente y dejar que se enfríe antes de beberlo.
Otras formas de consumir la cúrcuma para beneficiar el organismo
- Cúrcuma en cápsulas: en la actualidad ya existen en el mercado las cápsulas de cúrcuma que se presentan como suplementos alimentarios. En este caso sería recomendable no tomar más de un gramo por día y consultar a un profesional que pueda ayudar a las personas a establecer la dosis correcta.