Los remedios naturales han dado paso a que con el tiempo, se acaben generando conocimiento respecto a las propiedades y aportes para el organismo de ciertos elementos de consumo, los cuales pueden ser recomendados si se busca causar un impacto positivo en el organismo.
Estos remedios suelen estar basados en infusiones, bebidas o preparaciones concretas, que a partir de un ingrediente natural, en conjunción con agua u otra base líquida, permite absorber propiedades, las cuales dan beneficio al cuerpo humano si se consumen de manera adecuada durante el día.
Uno de los ingredientes más reconocidos, es el ajo, un elemento con gran participación en distintas preparaciones gastronómicas, pero que por sí solo puede ser de gran aporte al cuerpo humano y su cuidado constante.
El ajo cuenta con una gran cantidad de propiedades como lo reseña el portal, El Universal, como lo pueden ser aquellas de carácter diurético, antiséptico, antibiótico, antibacteriano, depurativo, o hasta incluso terapéutico, permitiendo una gran gama de beneficios a partir de su consumo.
En su composición, el ajo cuenta con elementos como el selenio, el fósforo, el yodo, el potasio, el zinc, o el magnesio, además de aportes a los grupos vitamínicos B, C y E.
Este a su vez brinda un cuidado importante para las funciones cerebrales, gracias a la cantidad de antioxidantes que poseen y que fortalecen al cuerpo humano ante afectaciones como la oxidación o el envejecimiento.
Según distintos estudios reseñados por la misma fuente mencionada con anterioridad, el ajo a través de su consumo permite que el organismo nivele los niveles de colesterol y de triglicéridos, lo que acaba dando paso a que los individuos puedan evitar las enfermedades cardiovasculares que se pueden generar a partir de este desnivel en la sangre.
De la misma forma, el ajo permite que sus propiedades combatan afectaciones directas para la salud como la diabetes, los problemas respiratorios, el cáncer presente en distintos órganos, la inflamación de ciertas partes del cuerpo, así como también la presencia de hongos y bacterias dentro de la salud en general.
Una de las maneras de consumirlo y aprovechar estos aportes, es a través de la unión del ajo y el agua en una bebida que puede funcionar como una infusión. Para su preparación se debe dejar reposando por toda la noche 1 diente de ajo, en una cantidad de 100 ml de agua, con el fin de que este consumo acabe siendo realizado en ayunas.
Un caso similar es el té de ajo, el cual se prepara a partir de 1 diente de ajo picado por cada 100 o 200 ml de agua, permitiendo que este hierva junto al agua durante al menos 10 minutos. A esta infusión también se puede agregar la presencia de miel, jengibre o limón, ya que permite mejorar el sabor de la misma, evitando el uso de edulcorantes o azúcares añadidos que puedan generar inconvenientes para la salud.
Aun así, cabe aclarar que el consumo de ajo no está recomendado para recién nacidos, personas en condición de cicatrización después de una operación, afectadas por presión arterial baja, hemorragias, o la ingesta de medicamentos que modifiquen el estado de la sangre, ya que se pueden producir efectos adversos, los cuales en caso de darse, se recomienda interrumpir el consumo del agua de ajo, o en su defecto, visitar a un médico en caso de que estas condiciones afecten el desarrollo acorde de la vida humana en un entorno de bienestar y cuidado íntegro de la salud.