El consumo de vitaminas de manera regular es clave porque el cuerpo las necesita para crecer y desarrollarse naturalmente. Cada una de ellas cumple una serie de funciones específicas para la buena salud y una de las mejores formas de obtenerlas es con la ingesta de una alimentación equilibrada en la que no falten productos como las frutas y las verduras.

Medline Plus, sitio web de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, explica que existen dos tipos: liposolubles e hidrosolubles. Las primeras, que incluyen las vitaminas A, D, E y K, se almacenan en el hígado, el tejido graso y los músculos; mientras las segundas no se almacenan y de este grupo forman parte la C y todas las del complejo B.

La forma de obtener estos nutrientes es a través de los alimentos y por ello es importante incluir en la dieta diaria suficiente cantidad de frutas, verduras, legumbres, lentejas, granos integrales y productos lácteos enriquecidos.

La ingesta insuficiente de vitaminas puede ocasionar problemas de salud, entre ellos, enfermedad cardíaca, cáncer y salud ósea deficiente, asegura la mencionada fuente. Algunas de ellas son clave para tener una adecuada circulación sanguínea. Por ejemplo, las del complejo B juegan un papel determinante.

La vitamina B2 participa en los procesos de respiración celular, desintoxicación hepática, desarrollo del embrión y mantenimiento de la envoltura de los nervios. | Foto: Getty Images

Vitamina B3

De acuerdo el portal de salud Healthline, la niacina que contiene este nutriente juega un papel crucial en la señalización celular, el metabolismo y la producción y reparación del ADN. Las fuentes alimenticias incluyen pollo, atún y lentejas.

“Dado que las vitaminas B son solubles en agua, es poco probable que consumas demasiados de estos nutrientes solo a través de la dieta o tomando un suplemento del complejo B según las indicaciones”, preciso el sitio web.

Sin embargo, el consumo de suplementos que contienen cantidades excesivamente altas e innecesarias de vitaminas del complejo B podría provocar efectos secundarios graves. “Las dosis altas de suplementos de B3 (niacina) pueden provocar vómitos, niveles altos de azúcar en sangre, enrojecimiento de la piel e incluso daño hepático”, advirtió.

La vitamina E tiene efectos anticoagulantes y previene la formación de trombos. | Foto: Getty Images

Vitamina B6

Este es un nutriente que favorece la formación de neurotransmisores como la dopamina, epinefrina, norepinefrina y acetilcolina, que se encargan de transmitir las señales que se producen en las neuronas. Además, ayuda en la absorción de la B12, que es una de las vitaminas decisivas para el desarrollo cognitivo.

Los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos aseguran que la B12 es un nutriente que ayuda a mantener la salud de las neuronas. Se obtiene del pescado, carne, huevos, leche y otros productos lácteos. También de las almejas e hígado de res.

La vitamina B12 es un nutriente esencial para el cuerpo. | Foto: Getty Images

Sin embargo, no son las únicas. Para cuidar la memoria, en la dieta tampoco deberían faltar la B6 y la B9. La primera es clave para mantener la función neurológica normal, entre muchas otras funciones, y se obtiene del consumo de atún y salmón, banano, legumbres, nueces, carne de aves y granos enteros.

En el caso de la segunda, es clave en la función saludable de las células. Su aporte se da en la agudeza mental y en la preservación de las funciones cerebrales. El instituto de investigaciones Mayo Clinic asegura que se puede obtener de verduras de hoja verde oscuro, fríjoles, guisantes y nueces. Las frutas con alto contenido de folato incluyen naranjas, limones, plátanos, melones y fresas.

Vitaminas para fortalecer los pulmones

Por ello, es importante fortalecer los pulmones, y una forma de hacerlo es a través de vitaminas, y el Los Ángeles Times reveló que las mejores son:

  • Vitamina D: sus propiedades antiinflamatorias, antioxidantes y neuroprotectoras contribuyen con la salud del sistema inmune. No obstante, la vitamina D no se encuentra naturalmente en muchos alimentos, pero se puede obtener de leche fortificada, cereales fortificados y pescado graso, como salmón, sardinas y caballa.

Asimismo, la vitamina D también está presente en suplementos que contienen solo vitamina D o vitamina D combinada con algunos otros nutrientes.

De hecho, los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés) señalaron que las dos formas de vitamina D disponibles en suplementos son D2 (ergocalciferol) y D3 (colecalciferol) y ambas aumentan la concentración de vitamina D en la sangre, aunque la D3 podría elevarla más y por más tiempo que la D2.

  • Vitamina C: contribuye al buen funcionamiento del sistema inmunitario para proteger al cuerpo contra las enfermedades, pero la biblioteca reveló que el cuerpo no puede producir la vitamina C por sí solo, ni tampoco la almacena. Por lo tanto, es importante incluir muchos alimentos que contengan esta vitamina en la dieta diaria. Sin embargo, no se recomiendan cantidades superiores a 2.000 mg/día.