La movilidad urbana basada en el uso de automóvil, un número insuficiente de horas de sueño por exceso de luz o ruido, el acceso a establecimientos de venta de productos alimentarios poco saludables y la influencia de familia, amigos y conocidos con hábitos poco saludables, son los cuatro factores principales que incrementan el riesgo de sobrepeso u obesidad tanto en el hogar como en el centro de trabajo, según los expertos de OPEN España.

En los centros de trabajo, mayoritariamente oficinas en el sector terciario, las cuatro claves para identificar su posible consideración como entornos obesogénicos son la imposibilidad de hacer pausas para moverse y beber agua, el hecho de no cambiar de postura o levantarse cada hora, el afrontamiento del estrés mediante comida rápida poco saludable y el uso de apps para pedirla en caso de no disponer de ella, según los expertos.

Como recomendaciones para contrarrestar estos factores, los especialistas aconsejan hacer traslados caminando o en trasporte público, subir siempre las escaleras andando y no utilizar el ascensor, salvo que sea imprescindible.

Además, se debe considerar necesario aprender a cocinar empleando comida saludable y evitando la ingesta de procesados, bebidas, dulces y alcohol. Así como no comprar y almacenar, en exceso, alimentos muy calóricos.

Es importante mencionar que la mejor bebida para acompañar los alimentos e ingerir durante el día es el agua, para quienes desean agregarle un sabor a la misma se sugiere colocarle algunas gotas de limón o naranja o agregarle algunas frutas para que obtenga su sabor, como por ejemplo el de las fresas.

El agua de apio y limón puede ayudar a bajar de peso. | Foto: Getty Images

Para los expertos se debe dormir entre 7 y 8 horas diarias, evitando ruido y contaminación lumínica y, sobre todo, la luz de las pantallas.

“Dado el impacto que tiene la obesidad, hemos de ser conscientes de la importancia de identificar las barreras y desafíos actuales en el abordaje efectivo de la misma y colaborar para encontrar soluciones, siquiera, con pautas tan básicas como estás. En este sentido, el ambiente donde vive la población puede contribuir al desarrollo de la obesidad cuando favorece u obstaculiza la alimentación saludable y la actividad física.

La obesidad y el sobrepeso son detonantes de diversos problemas de salud. Para reducir el colesterol es necesario comenzar a cambiar hábitos de vida. | Foto: Fertnig/Getty Images

Por lo tanto, es fundamental tomar medidas que ayuden a cambiar, prevenir o evitar estos ambientes, contribuyendo a reducir la prevalencia de sobrepeso y obesidad”, indicó Susana Monereo, miembro de OPEN España y responsable de la Unidad de Obesidad, Metabólico y Endocrino del Hospital Ruber Internacional de Madrid.

Por su parte, Federico Luis Moya, miembro de OPEN España y director ejecutivo de la Asociación Bariátrica Híspalis Nacional, Asociación de pacientes bariátricos y obesidad (ABH), mencionó que “un ambiente obesogénico puede estar condicionado por la suma de varios factores como la disponibilidad y el consumo de comida rápida, de alimentos ultraprocesados y de bebidas azucaradas, alta exposición a publicidad de este tipo de alimentación en medios de comunicación y redes sociales, sedentarismo, etc.

El problema es que muchas veces no somos conscientes de ello y nos dejamos llevar. De hecho, un elevado porcentaje de personas con obesidad no se reconocen como tales y, a lo sumo, creen tener algunos kilos de más y perciben lo que les pasa como algo de andar por casa. Sin embargo, la obesidad es una enfermedad crónica, tal y como reconoce la OMS”.

Ambos expertos coinciden en que “transformar ambientes obesogénicos en ambientes saludables debe ser un compromiso de todos. Hay que fomentar la actividad física y la alimentación saludable para que esta enfermedad deje de ser, entre otras cosas, una de las más prevalentes e infravaloradas”.

*Con información de Europa Press.