Profesionales de la salud siguen insistiendo en la importancia de la alimentación para el cuidado del cuerpo. Vitaminas, minerales y otros nutrientes están más presentes en productos de origen natural que en cápsulas, inyecciones o suplementos. Una dieta balanceada siempre es incluida entre las recomendaciones frecuentes.
La dieta hace referencia a cualquier conjunto de alimentos que se consumen diariamente. Por lo tanto, cuando se habla de adquirir una dieta para bajar de peso se refiere a modificar la dieta diaria para reducir la ingesta ya sea de grasas, carbohidratos u otros alimentos con el objetivo de que la masa corporal se reduzca.
Hoy en día existen muchas opciones de dietas a las cuales recurrir y una de ellas es la dieta mediterránea. Como su nombre lo dice, esta dieta tiene como origen la cocina tradicional de la zona mediterránea. Los alimentos que se consumen son productos en su mayoría de origen vegetal —es decir verduras, frutas, frutos secos, pan, cereales y aceite de oliva— y en las proteínas priman los pescados.
Según detallan los expertos de Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, la dieta mediterránea es un tipo de alimentación que se enfoca en la cocina tradicional de Grecia, Italia y otros países que están alrededor del mar Mediterráneo.
Esta opción tiene grandes beneficios para la salud, pues puede ayudar a regular los niveles de azúcar, colesterol y triglicéridos. Asimismo, contribuye a disminuir el riesgo de padecer enfermedades del corazón.
Por tal razón, la nutricionista Elena Paravantes recomienda hacer esta dieta en los desayunos, los cuales deben ser salados para no provocar picos de azúcar en la sangre y que no generan bajones de energía, como pasa con los desayunos azucarados.
Entre esas comidas en la mañana, se destacan los siguientes:
- Pan con tomate: este fruto contiene fibra y circula lentamente por el aparato digestivo, manteniendo la sensación de saciedad durante más tiempo. Además, tiene grasas buenas que ayudarán a reducir el consumo de azúcar.
Para hacer su preparación, solo basta con rallar un tomate y ponerlo encima de un pan integral, también puede añadirle ajo y aceite de oliva para darle sabor y aprovechar más sus nutrientes al desayuno.
- Huevos al horno con espinacas y queso feta: de acuerdo con la nutricionista, es un tipo de desayuno que se recomienda para los días de mayor movimiento, pues aporta tres raciones de verduras y es saciante, gracias a las proteínas del huevo y el queso feta. No obstante, son fuente de fibra, hierro y vitamina C, ya que contiene porciones que ayudan a absorber los nutrientes.
- Tostadas de tahini y queso feta: lo más aconsejable es utilizar pan integran, el cual contiene gran cantidad de fibra y está relacionado con un menor riesgo de cardiopatías. Además, este desayuno es rico en proteínas, grasas buenas y fibra.
Es fácil de preparar, solo debe untar una tostada con tahini, que es básicamente mantequilla de semillas de sésamo, cubrirla con piñones, queso feta y colocarlo sobre el pan integral tostado.
- Yogur griego con miel, nueces y frutos secos: este es muy conocido en la dieta mediterránea, pues el yogur griego es más sano que cualquier otro tipo de lácteo porque tiene proteínas, vitaminas y minerales. Además, las nueces son ricas en omega-3 y ayuda a favorecer la salud del corazón.
- Avena de trigo bulgur: al igual que el anterior, es un clásico desayuno mediterráneo, este tiene alto contenido de fibra lo que le ayudará a estar saciado durante toda la mañana hasta que llegue la hora del almuerzo.